Por el presente escrito quiero dirigirme a usted, con mi mayor respeto, para tomar carta en esta causa, la cual me tiene indignado por la gran aberración que han hecho conmigo.
Mi nombre y apellido es ROBERTO GONZALES FERREIRA, en causa Nº 52.55. Mi relato en este escrito es el siguiente:
El día 30 de octubre de 1990, aproximadamente a las 13.30 horas, fui engañado por efectivos de la Brigada de Merlo, quienes me llevaron por una hora. Allí empezaron a hacer preguntas, y como yo no sabía de qué hablaban, ni cuál era el motivo; me comenzaron a torturar, tortura de la cual todavía llevo secuelas.
Luego pasé por varios penales, en Olmos me mandaron matar para esclarecer un hecho que nunca cometí.
También en el juicio, la señora que está en la misma causa, llamada GRACIELA ESTIGARRIBIA, dice no conocerme y que nunca tuvo una relación conmigo.
En el juicio no dejan declarar a mis testigos y los testigos contrarios eran todos policías. También, en un diario dice esta mujer que el secreto lo llevará a su tumba.
Yo ya llevo 20 años inocentemente preso, y sin una sentencia firme. La causa va de mano en mano y nadie se hace cargo de todo esto en horroroso en el manejo de la justicia.
El forense dice que no hay prueba para condenar a González. Ahora digo… ¿no hay gente que tenga la autoridad bien puesta a la que fue designado? ¿Dónde está la justicia, de la que hablan los magistrados, jueces, abogados… hasta el mismo gobernador?
Pido a gritos mi libertad, por mi inocencia. Señor, con lo más profundo de mi corazón, investigue esta causa y verá que no miento y que todavía quedan secuelas de un pasado donde tapaban los errores de la forma más fácil y que lamentablemente hoy soy yo uno de esos que sufre día a día, esperando que se aclare esta situación.
Me hace pensar que en esta historia, hay muchos con ropa de señor y señora que esconden, por razones de dinero y puestos en la justicia, un horror tan insignificante que taparon con un perejil como yo.
Señor, quiero que alguien escuche o lea este simple pedido: soy un ser humano como usted, con los mismos derechos para sobrevivir en este mundo maravilloso que nos dio Dios. Le escribo como inocente, no como autor. Nadie deja mostrar mi verdad ¿por qué? Quisiera saber yo. ¿Hay alguien autor del hecho metido en las autoridades y taparon esto conmigo? Yo no quiero ver a nadie preso, pero QUIERO MI LIBERTAD. Tengo pruebas en mis manos que acreditan lo que escribo, como así también el recorte del diario donde la mujer habla.
Señor, ¿habrá alguien capacitado en la justicia para resolver una realidad acontecida hace mucho tiempo y que hasta el día de hoy no ha sido aclarado, mientras los verdaderos autores gozan de la libertad que a mi me pertenece? Me han robado el derecho a vivir naturalmente y pregunto ¿Por qué?
Señor, soy Roberto Gonzáles Ferreira, estoy en la Unidad 5 de Mercedes y dependo del Juzgado de Ejecución Nº 1 de la misma ciudad. Por favor, haga algo, ya no soporto más esta triste realidad que sufro yo y toda mi familia, por un hecho que nunca cometí.
Espero tener una respuesta de quien lea estas líneas y tome cartas en esta causa.
Desde ya, muchas gracias. Dios bendiga y toque su corazón.
Atte. Roberto González Ferreira
