Radrizzani: Ejercicio responsable de nuestra participación ciudadana en el sistema democrático

Manifestación de Agustín Radrizzani. Arzobispo Mercedes – Luján, difundida a la comunidad:

Queridos hermanos todos en el Señor:

Acercándose la fecha del aniversario de nuestra independencia y teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones (tanto primarias como generales) creo oportuno señalar algunos puntos para la reflexión y el ejercicio responsable de nuestra participación ciudadana en el sistema democrático.

Entiendo que no hacemos en la iglesia política partidaria, aunque es evidente que cada ciudadano es un ser político y, más aun como cristiano ha de ser un constructor de la sociedad, promoviendo el bien común, estando al servicio de los demás, poniéndose particularmente del lado de los más pobres para socorrer sus necesidades impulsados por los ideales del evangelio que nos presenta una fundamental igualdad de todos los hombres (somos hijos Dios), una inviolable dignidad de cada ser humano, que no puede ser manipulado e instrumentalizado ya que toda persona es un fin en sí misma – no un objeto de uso o un medio para alcanzar beneficios-. También el altísimo sentido de justicia que anima la fe cristiana, nos pone en el compromiso serio por la veracidad y transparencia de las relaciones con los demás, ya sean económicas y/o sociales.

1.- El voto

El pueblo argentino elegirá sus representares para el gobierno de nuestra nación. Es un modo de ejercer la responsabilidad mediante el voto. Cada ciudadano debe elegir a gobernantes que hayan demostrado querer afirmar principios para una convivencia honesta y que se comprometan a cumplimentar las aspiraciones de sus hermanos.

Con el voto promovemos los derechos de la sociedad, el interés nacional y el bien común. Con el voto decimos a los demás que estamos de acuerdo con lo que el candidato y su partido han prometido durante la campaña.

Renunciar a la posibilidad de votar o votar en blanco es un modo de desinteresarse por la marcha de nuestra nación y estaríamos renunciando a un futuro mejor.

2.- Los candidatos

Deben estar comprometidos en el bien común, y por tanto en proyectos de educación, salud y vivienda que mediante oportunas reformas, logren disminuir los niveles de pobreza y marginalidad de tantos hermanos nuestros que hoy están excluidos de la sociedad.

Deberán implementar junto a los otros dos poderes las reformas necesarias a las leyes para que se abran siempre más las posibilidades de trabajo para todos, se asegure la justicia y disminuya o desaparezca la inseguridad.

Deberán evitar toda vinculación con las lacras de nuestra sociedad como son la droga, el juego y la trata de personas con la convicción de que el dinero mal habido no puede ser garantía de una sana convivencia. En tal sentido todo candidato deberá esforzarse por combatir el desempleo, la corrupción y toda política que atente contra la moral y la paz social.

Deberán tener un pasado que los califique para la función pública como el respeto por las minorías, sinceridad en sus actitudes, compromiso con los sectores populares y haber conducido honestamente su campaña electoral.

3.- Los partidos

Debemos pedir a cada partido la propuesta que tiene para los temas que más nos interesan y que defienda las aspiraciones más sanas de nuestro pueblo: La defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural. Por eso asegure una vida digna, justa y feliz para todos.

Un partido político democrático no teme al debate, se rige por los valores de la familia, del trabajo, de la amistad, de la honestidad y del respeto por las creencias religiosas que sintonizan con la ley natural.

Por el tiempo transcurrido, no parece que los partidos tomen la iniciativa. Nos corresponde a nosotros promover reuniones y discusiones en las familias, en los grupos, en las escuelas y universidades, en las sociedades de fomento y principalmente en los medios masivos de comunicación social como son la radio y la televisión.

4.- Cada uno de nosotros

Todos somos responsables de este momento histórico que vive nuestra Patria en el sano ejercicio democrático.

Vivamos con la esperanza de que quien sea elegido logre combatir siempre más el desempleo, logre garantizar los servicios públicos para todos, especialmente, para los más pobres, logre una reforma agraria que favorezca no sólo a los agricultores sino a toda la población, logre una reforma fiscal progresiva, logre promover la industria nacional, logre combatir la inseguridad y se empeñe por conseguir todo lo que el pueblo necesita.

5.- El día después

Una vez elegidos nuestros representantes nos queda una doble responsabilidad, por un lado apoyar todo aquello que sea para el bien común y por el otro nos compete fiscalizar para que se cumpla lo prometido en la campaña y podamos avanzar en el sueño de un País más humano, más fraterno, más libre que es como decir con más vida de Evangelio para todos.

La Santísima Virgen, Nuestra Señora de Luján, nos ayude a vivir este tiempo de gracia con un compromiso verdadero.

Agustín Radrizzani

Arzobispo Mercedes – Luján

 

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