El 10 de abril del 2010 la sociedad mercedita se conmovía ante uno de los hechos de violencia mas trágico de los últimos tiempos; el asesinato de un joven.
Como respuesta, la plaza San Martín fue el escenario expresión de vecinos vecinas de nuestra ciudad. Las luces de los medios locales y capitalinos concentraron la atención de éste hecho.
En la primera concentración de la plaza, masiva por cierto, nos posicionamos firmemente sobre la violencia y creímos necesario plantear nuestros pensamientos. Así lo hicimos, mediante la publicación de un documento, donde expresábamos claramente que un análisis sobre la violencia no puede soslayar el contexto histórico, cultural, social, político y económico en el que nos hallamos. Reconocer que nuestras sociedades son producto de las características de la época es el primer paso para transformar la realidad.
Planteamos en aquel entonces la imperiosa necesidad de sumar voluntades en la búsqueda de una respuesta, que no será inmediata, pero que daríamos comienzo a proyectarse. Decíamos también que la responsabilidad es de la sociedad en su conjunto y que el Estado debe tomar las riendas en este proceso.
En aquel momento solo recibimos abucheos y silbidos. Fuimos acusados de oportunismo político cuando en realidad asumimos la responsabilidad, como fuerza política, en comenzar a proyectar y trabajar sobre esta problemática.
Hoy, a poco de cumplirse un año del asesinato de otro joven de nuestra ciudad, las fuerzas políticas reconocen la necesidad de discutir en unidad el problema de la violencia, la cual consideramos que dista de ser un debate profundo porque se circunscribe a evitar hechos de estas características solo al próximo festejo de la primavera, a pocos días del mismo.
Consideramos a su vez, que ésta convocatoria constituye el verdadero oportunismo, dada la coyuntura electoral por la que atraviesa el país. Por ésta razón decidimos no ser funcionales a la hipocresía. Aun más, la convocatoria contempló la importancia de la participación de otros actores sociales como organizaciones barriales, culturales, centros de estudiantes, sindicatos, etc.
Por último, insistimos y reafirmamos que es responsabilidad del Estado municipal propiciar la conformación de un espacio de debate, discusión y estudio abierto a todos los sectores de la sociedad, a fin de generar políticas de inclusión social y participación ciudadana.
Violencia es mentir.
Movimiento Proyecto Sur