Desde hace largo tiempo la Universidad Nacional de Luján tenía entre sus cuestiones a atender un caso de acoso sexual presentado por una alumna contra un docente con el cual además de ser alumna tenía una relación económica en tanto la educando desempeñaba actividades como becaria.
El caso fue presentado tanto en el Consejo Superior de la institución, máximo órgano de gobierno, como en el ámbito judicial.
Acusado de “abuso de poder, hostigamiento, persecución, amenazas y violencia económica” la justicia le había determinado un perímetro a favor de la joven sobre el cual el docente no podía acercarte.
Mientras se resolvía la situación, que fue ayer, el docente no podía ingresar a la UNLu ni desempeñar sus actividades.
En su sesión ordinaria del pasado jueves el Consejo Superior resolvió por unanimidad expulsar de la institución al docente que estuvo presente junto a su abogado. Se supo apelará la medida.
Las agrupaciones estudiantiles tuvieron en esta ocasión una voz única durante todo el proceso viéndose acompañaba con el voto del resto de los integrantes del cuerpo deliberativo y de gobierno siendo conformado por Profesores, Auxiliares, No Docentes, Estudiantes y Decanos.
Durante la investigación se comprobaron diversas cuestiones que permitían poner en tela de juicio el comportamiento del docente con 20 años de antigüedad en el establecimiento. Asuntos con llamadas telefónicas, testimonios de testigos y material indebido en sus computadoras laborales.
Ahora la decisión tomada lo deja fuera del ámbito universitario en lo que a Luján respecta.
La decisión fue vista con agrado por los estudiantes que lo viven como una instancia de vejación para los derechos de las personas y, especialmente, de las mujeres considerando la situación como un acto flagrante de violencia de genero.