Por Sebastián Varceló
El Frente Mercedino intentó mostrar a la ciudad un perfil progresista, moderno y de centro izquierda partiendo de una base puramente de Derecha.
Justamente, el núcleo del Frente, tiene sobras sospechas de no ser puramente Kircnerista, sino, más bien, circunstancialmente adaptado.
El poder del Frente ahora quedará en dos campos a saber:
a) el colocado a nivel nacional
b) el colocado a nivel local
La mesa de conducción puede, o no, responder a la primera. Aclaremos un poco.
El poder que quede en la esfera política del Frente se concretará en el Concejo Deliberante. Ahí estará representado por: Juan Pablo López, Pablo Perrazo, Celeste Burone y Eduardo Cirillo. Tres de ellos son viejos exponentes del peronismo tradicional. El aparato, como bien lo llamó el filósofo Pablo Feinmann en el libro “El flaco”. Cercanos a la tradición partidaria, a la iglesia, a la burocracia del Estado. Es decir, nada de lo novedoso que plantean desde dicho espacio político.
Ustarroz seguirá en el Ansses y De Pedro estará en la Cámara de Diputados. Allí puede darse el poder de conducción y sobre todo el último, De Pedro, puede ser desde un perfil crítico en tanto y en cuanto es del corazón puro del kirchnerismo. De Ustarroz se puede esperar similar conducta gracias a la iluminación de Wado, pero, del resto, como dice el dicho: las mañas pueden más. Serán ellos los portadores del poder real. ¿Qué harán? Se basaran en la vieja guardia o tratarán de ser “novedosamente críticos”.
Como vemos, el Frente y La Cámpora no son lo mismo. Lo local, en fuerza, quedó en el Frente. Lo simbólico en La Cámpora.
Desde el selvismo la mesura ha sido sorprendente luego de las elecciones, más allá de la exposición hecha por el intendente sobre personajes como Bertera y Basavilvaso a quines mencionó desde el mini balcón de avenida 29 casi 22.
Muchos pasaban por las oficinas del municipio, del Anses y Tribunales cargando a los oficialistas. Les decían cosas como: “prepárate para ir a contar huesos, barrer o ese folleto habrá que tirarlo por el logo de Selva que tiene”. Ante eso la militancia le pidió a Selva actúe, pero, este se negó rotundamente. No irá tras ninguna bravata. La militancia, por el momento, en paz.
Selva no ganó precisamente por si mismo. Su techo es apenas un puñado de votos más que las primarias del 14 de agosto. Sin embargo, eso no invalida su victoria. El desahogo posterior y la calma actual. Todo lo contrario, le da más plafón.
La actual conducción será, básicamente, lo mismo que se conoce. Los funcionarios de Selva nunca son despedidos, sino, pasados a oficinas menos iluminadas. Cambian nombres, rara vez las conductas.
De echo, basta ver el desatino del Secretario de Gobierno que utiliza el Blog institucional, es decir, el que corresponde a información municipal, para hacer campaña por el actual intendente usando palabras como fraude y asegurando hubo trampa el 14 de agosto. http://www.mercedes.gob.ar/blogs/gobierno/?p=343 Usted y yo pagamos el sostenimiento de ese servicio. Casualmente fueron ellos quienes decían que el Frente usaba aparato del Estado para propaganda. Acá, lo mismo.
Generalmente cuando alguien asume se le da un período de licencia para que arme su estructura. Selva ya la tiene. Lo que debe mejorar tiene que verse muy pronto. Los funcionarios con doble filo, es decir, que estuvieron buscando su desembarco en al Frente ante la potencial derrota deberían ser puestos en evidencia no por la integridad selvista, sino, porque claramente no le hacen bien a la sociedad. Más de uno debería rendir cuenta.
El selvismo tiene poco margen para mostrar comprendió el sacudón de las elecciones y pasar rápidamente de la euforia al trabajo, de lo contrario, será una falta frontal de respeto a la sociedad.