Por Claudio Fabián Guevara
El camino “inalámbrico” es un capricho de la industria que no conduce a una mejora de la conectividad. El progreso es un servicio de cable que lleve televisión, internet y teléfono en una sola instalación.
Al cabo de 20 años de privatización, Telefónica se ha convertido en un ente difícil de definir: la empresa no tiene caras visibles, actúa en la clandestinidad a través de contratas fantasmagóricas, y cuando insiste una y otra vez en las mismas prácticas prohibidas por las normas, lo que dice tácitamente es: “Todo nos chupa un huevo. Nosotros vamos a poner nuestras antenas, y en cuanto se descuiden, amanecen con un mástil en el patio”.
Las protestas ante semejante atropello son, en general, débiles. Yo creo que hay varios factores que disuaden a muchos de actuar.
Por un lado, según la industria “no hay evidencia científica” de que las radiaciones tienen influencias negativas sobre la salud. Yo digo que eso es falso. La declaración de Friburgo hace casi 10 años reunió a decenas de médicos alemanes que vincularon la proliferación de insomnio, jaquecas, depresión y una larga lista de trastornos con la presencia de antenas en ciertas áreas y edificios. The Bioinitiative Report, años después, firmado por 14 científicos de varias las áreas, dictaminó lo mismo, agregando pruebas de laboratorio y extendiendo la lista con enfermedades más graves. El biólogo alemán Warnke en su libro “Abejas, aves y hombres” de 2009 explica detalladamente cómo la contaminación electromagnética está afectando en forma devastadora a la naturaleza y a los seres vivos. Todo esto será objeto de una charla pública en los días venideros (ver aparte).
Por otra parte, hay cierto clima de resignación que dice más a menos así: “No podemos negarnos al progreso. Si no dejamos instalar las antenas, no vamos a tener celulares 3G y otras maravillas técnicas”.
Yo digo que el 3G, el Wi Fi y otras tecnologías inalámbricas “en auge” son un atraso, y el gerenciamiento de nuestro desarrollo a cargo de los mariscales de Telefónica y sus socios, nos condujo a una capacidad técnica pedorra: comunicaciones inseguras e ineficientes, con un servicio de Internet intermitente, donde los sistemas de bancos y grandes empresas se caen todo el tiempo y acceder a un teléfono de línea es un trámite sin final conocido. La industria no nos promete ninguna solución a estos problemas vitales para la producción, y en cambio nos propone conformarnos porque pronto podremos acceder a jueguitos virtuales y ver TV desde el celular.
Mi opinión es que eso no es un plan de desarrollo técnico, es una distracción que supone que somos todos pelotudos, una especie de sociedad en la edad del pavo que no saber distinguir lo importante de lo accesorio.
El progreso técnico, si algo puede llamarse así, es en todo caso un servicio de fibra óptica extendido que lleve a todos los hogares y empresas televisión, internet y teléfono en una sola instalación. Hay poblaciones enteras cableadas con fibra óptica que permiten este prodigio. Ese es el camino del progreso: un servicio integral y más eficiente vía cable, que no contamina el ambiente con un creciente electrosmog y con mucha mayor velocidad y seguridad de conexión.
El camino “inalámbrico” es un capricho de la industria que se puede atribuir a motivaciones políticas y/o económicas, y que NO conduce a una mejora de los niveles de conectividad. Cualquiera puede atestiguar desde su experiencia personal que el servicio de internet crecientemente basado en transmisión inalámbrica es peor que el de años atrás, donde había más presencia de conexiones vías cables. Cualquiera sabe que el Internet que ofrecen los móviles es un chiste.
Sin embargo, es obvio que la industria prefiere desarrollar la vía inalámbrica. ¿Por qué? Nadie lo explica. Telefónica tiene congeladas la cantidad de líneas de cable hace años por falta de inversiones. Quien quiera un teléfono de línea en Mercedes, tiene que ponerse en lista de espera y esperar que otro cliente dé de baja su línea. Acceder al servicio de Internet por cable (Speedy) es otra lotería: según el área y según las épocas, no hay capacidad técnica para atender a la demanda. ¿Cuál es la necesidad de invertir en ensanchar la autopista inalámbrica, cuando el servicio tradicional de telefonía por cable, mucho más importante y estratégico, hace agua por todas partes?
Próxima charla debate
Qué dice la ciencia sobre las antenas
La declaración de Friburgo, The Bioinitiative Report y el trabajo de Ulrich Warnke son piedras fundamentales que recogen evidencia sobre los efectos de la contaminación electromagnética.
Todos estos trabajos se apoyan a su vez en cientos de documentos científicos que NADIE ha refutado. Para aportar a un debate público transparente, se ofrecerá en los días venideros una charla pública donde se expondrán estos documentos