Por Sebastian Varceló
La tormenta que vivimos los últimos días fue noticia a nivel nacional por la fuerza que tuvo. Nuestra ciudad no logró estar ajena, aunque, en menor medida.
En todas las localidades pudimos ver como los funcionarios de diversas áreas acudían a los lugares de los hechos y comandaban las medidas de reparación y recuperación de espacios elevando informes a la prensa y a sus autoridades. Los medios dan cuenta de ello. Aún las tareas continúan.
Mercedes sufrió en el radio de calles 26, 30, 59 y 61 diversas rupturas . Plantas caídas y voladuras de techo. Conciudadanos vieron la fiereza de la tormenta y sus consecuencias.
Los medios periodísticos de la ciudad se acercaron al lugar y lo comprobaron. FM Meridiano fue un testigo que alertó a más de uno. A las ocho de la mañana la emisora llama al intendente quien se anoticia de la situación por el medio. Los funcionarios de las áreas sensibles a estos temas ni se habían percatado de la posibilidad de que vecinos requirieran su asistencia. A tal vez cinco o seis cuadras de los destrozos están las oficinas de Desarrollo Social, pero, como queda claro, no es suficiente para que quienes llevan tareas políticas allí se dieran cuenta, se enteraran o tan sólo sospecharan.
¿Y qué sucedió a todo esto? El intendente Carlos Selva, sólo con lapicera en mano, empezó a recorrer el lugar, anotó quienes necesitaban algo y puso en marcha el funcionamiento del aparato municipal. Repitamos: el intendente salió a hacer el relevamiento. Es importante que esté en el lugar de los hechos, pero, tiene un plantel de funcionarios, asistentes sociales, personal idóneo que, claro está, no estuvo presente. (Al menos en el momento más crítico)
Hay excepciones. Fue Torres y el personal del Corralón Municipal quienes informados salieron a asistir a la población. Para el mediodía las plantas habían sido removidas, las áreas despejadas y los vecinos asistidos.
La radio y sus cronistas fueron testigos junto a la ciudad de cómo los funcionarios de las denominadas áreas sociales brillaron por su ausencia. No sólo no supieron de la situación sino que además no estuvieron a la altura de las circunstancias. Selva debió actuar, como corresponde, pero, en soledad. En ese caso: ¿Se podría considerar mala praxis el no accionar de los funcionarios? Si. Indudablemente. Una mala praxis social. Incluso, deberíamos pensar como sociedad mecanismos para que éstos, que cobran y reciben dinero de los impuestos que todos abonamos, recojan la sanción social que se merecen por no cumplir con su trabajo.
Selva, el intendente, quedó trabajando sólo desde primera hora. Luego, el resto, por supuesto, salieron tras el primer mandatario, pero, con lo hechos consumados.