Por Oscar I Apezteguía
La semana pasada escribí en un artículo que El Sr. Intendente Carlos Selva tanto en sus argumentos como en su accionar se parece cada vez mas a lo que hace Mauricio Macri en la Capital Federal.
Esta semana, con su veto a la ordenanza aprobada por mayoría en el Concejo Deliberante que destinaba el 50% del llamado “Fondo Sojero” para construcción de viviendas o trabajos de infraestructura relacionada con las mismas, dio un paso más en esa semejanza.
Practica esta del veto ejecutada sistemáticamente por Macri cuando las leyes no son de su agrado; ni que hablar si de semejanzas se trata, respecto de la persecución y demonización permanente del accionar de lo que ambos llaman “La Cámpora”
Los que venimos militando de vieja data sabemos lo que significa darles participación a los jóvenes en las políticas a desarrollar y vemos con orgullo que se comprometan activamente en la construcción de una sociedad mejor para todos.
Durante los días de inundación que padecieron sectores de nuestra sociedad fui testigo privilegiado de su preocupación y decisión en tratar de aliviar los problemas de la gente mas afectada desde juntar ropa, colchones, abrigo y comestibles, hasta verlos mojados hasta la cintura auxiliando a la gente que tenía que ser evacuada.
La persecución y demonización de la participación de los jóvenes en la política tiene como fondo posiciones reaccionarias y autoritarias.
Mas cuando el accionar de esos jóvenes está en consonancia con un gobierno que ha puesto a la inclusión social como el eje de sus políticas de estado.
Acompañar un proyecto donde el crecimiento con inclusión, la soberanía política y económica y la defensa de los derechos humanos sus ejes fundamentales, es lo mejor que le puede pasar a los jóvenes.
Acusar a nuestros jóvenes mercedinos de ser soberbios y “niños bien” que se aprovechan de los pobres para alcanzar sus objetivos políticos, es desconocer la real motivación que los lleva a trabajar en la forma en que lo hacen.
Perseguirlos y tratar de ensuciar su accionar es propio de aquellos que no quieren perder sus privilegios políticos y económicos.
Al igual que ellos, fui fruto de una generación que dio todo por vivir en una sociedad más equitativa y en una patria libre, justa y soberana y veo con gran satisfacción que mis hijos y los de su edad abracen los mismos ideales.
La solidaridad es una de las mejores virtudes que como personas podemos ejercer, y ellos la ejercen.
Lo mejor que podemos hacer es apoyarlos, ayudarlos a formarse y que vallan tomando responsabilidades, ya que en algún momento serán los encargados de conducir nuestra Ciudad y nuestra Nación.
Al igual que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires encabezado por Mauricio Macri le pondremos un 0-800 para perseguirlos.
