Un grupo de jóvenes de nuestra ciudad no habría tenido una linda experiencia en un boliche bailable durante el fin de semana. Según nos narran mediante correos hechos llegar a nuestra redacción han sido testigos y parte de un momento poco agradable.
El supuesto derecho de admisión fue el que inició todo el conflicto. Un mal entendido entre quienes ofician de guardias de seguridad y los jóvenes desató la discusión y la expulsión del lugar.
Lo que los jóvenes alegan es que fueron parte de un maltrato innecesario, un abuso de poder y de situación por parte del personal del boliche.
La situación no es nueva. Varias veces nos hemos enterado de instancias complejas en espacios nocturnos de esparcimiento cuando hay diferencias entre las partes.
Los jóvenes y la noche
Es habitual, más allá de Mercedes, encontrarnos con conflictos en la relación entre guardias de seguridad y asistentes. Se suelen dar algunas situaciones base: prevención, contención y disolución de conflictos, además de suministrar información al asistente.
Existen normativas al respecto y desde instituciones provinciales afirman lo siguiente al funcionamiento de tales agentes:
El controlador de admisión y permanencia debe:
-Ser respetuoso y amable.
-Tratar a todos por igual.
-Respetar la dignidad de las personas y proteger su integridad física y moral.
-Auxiliar a cualquier persona herida y ayudarla para que reciba atención médica.
-Exhibir, a la altura del pecho, sobre el lado izquierdo, una credencial que contenga el nombre y apellido, su foto, la leyenda “Controlador de Admisión y Permanencia” y número de habilitación profesional.
-Asistir a las personas en caso de incendio, derrumbe o situación similar.
-Las personas deben ser revisadas por personas de igual género.
Por que no ponen el nombre del boliche ????? Omitiendo ese dato se continua con la impunidad de estos personajes y la del boliche en cuestion.