Con la firma de su presidente, Hermes Binner, y el Secretario General, Alfredo Lazeretti, el Partido Socialista dio a conocer un comunicado ante los hechos de público conocimiento.
Somos un partido de mujeres y varones comprometidos con los valores de la decencia y la austeridad. Un Partido que desde sus comienzos, ha luchado por la transparencia en el manejo de los asuntos públicos.
Nacimos en los tiempos del fraude, de las oligarquías, de la corrupción generalizada. El desprecio a la ciudadanía era moneda corriente. Los abusos del poder político y económico estaban a la orden del día. Los socialistas llegamos para enfrentar esos atropellos, combatir la desigualdad y dotar a la política de una dimensión ética.
Éramos pocos. Carecíamos de dinero y de recursos. Solo teníamos nuestra palabra.
Un médico humilde recorrió con sus ideas las calles de nuestra nación. Fue a los pequeños pueblos, a los sitios más inhóspitos y llevó a los ciudadanos sus proclamas.
“Manos limpias y uñas cortas”, decía. Su nombre era Juan B Justo, y fue el impulsor de nuestros valores y de la ética que, aún hoy, nos anima.
Tras él llegaron otros. Alicia Moreau de Justo, Alfredo Palacios, Guillermo Estévez Boero, y Alfredo Bravo. Todos vivieron con decencia.
Los socialistas hemos crecido. Hemos gobernado municipios y provincias. Hemos sido parte de la transformación de Santa Fe, Rosario, Zárate, Mar del Plata, entre otros. Y en nuestra larga historia, no hemos sido objeto siquiera de una denuncia de corrupción. Sin dudas hemos cometido errores. Nunca actos ilícitos.
Los dirigentes y militantes socialistas nos hemos formado en ideas y valores. Sabemos del socialismo utópico y del socialismo científico. Pero más sabemos del socialismo ético y práctico, porque lo hacemos todos los días, caminando junto a mujeres y varones que creen, como nosotros, en la igualdad y la solidaridad.
Quienes vierten sobre nuestro Partido acusaciones infundadas, no solo desconocen la historia del socialismo, sino también su presente y la práctica de la ética política.
Acusar al Partido Socialista de complicidad con el narcotráfico es una burla a la inteligencia colectiva. Fuimos quienes consideramos siempre la droga como un instrumento de dominación social, y quienes emprendimos el combate a ésta con toda nuestra energía. No somos los que establecieron connivencias con el poder político de la década del noventa, que introdujo el narcotráfico en nuestra Nación, sino quienes, ya en aquel momento, denunciábamos el ingreso de la droga como un elemento de perversión de los valores de nuestra República y, fundamentalmente, de nuestra Juventud.
Desprestigiar a nuestro Partido no les será fácil. No tienen, para hacerlo, argumentos ni verdades. Aquellos que han preferido ser, antes que hombres probos de la política, autores de sofismas y tergiversaciones no serán recordados con el orgullo con el que se evoca a los grandes dirigentes. Simplemente serán olvidados. Ese es el lugar que les reservará la historia.
Seguiremos comprometidos con nuestros valores e ideales. Y seguiremos poniendo a la Ética, a la Democracia y a la República por encima de cualquier otra aspiración. A ello estamos abocados.