El valor de las fotos políticas

Por Sebastian Varcelo
Las imágenes dice el viejo dicho vale más que mil palabras, aunque, eso es relativo porque en la era multimedia y la infoxicación se relativizó. De todos modos, a riesgo de generar una contradicción, que no estaría tampoco mal, pues de contradicciones se vive, no deja de ser un elemento importante.
Las fotos hoy van a valer más si se logran encajar en instancias de definición. Por ejemplo, una foto de Fito Príncipi recorriendo los barrios y criticando a las Salas de Atención Primaria del Municipio cotiza más que una con delantal blanco al lado de Ustarroz entrrgando medicamentos. Cotiza más porque no se trata de un acto institucional con fondo político, sino, de lo explicito. Lo no oculto o necesario de decodificar.
La foto de Cestari en el banco de la presidencia quizás no dice nada en términos de impacto social, pero, si mucho de lo que a la fuerza le da. Le permite esas planas que tanto gustan al MIC, como a todo político.
Una imagen de Milhomne yendo a consultar a Palacios en pleno debate presupuestario tiene su valor agregado. No es una simple imagen. Es la muestra de cómo se va dando el armado del oficialismo y el grado de autonomía de cada edil que, en el caso del factor orgánico partidario, el lógico que así sea. No sorprende, pero, si muestra los actores y las cercanías.
Las fotos, en el 2013, tendrán, nuevamente, un rol protagónico. Son, en si, las fotos de definiciones políticas, las que acompañan, como en gastronomía diríamos, la guarnición que permite completar el plato.

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