La noticia que es parte de los principales temas de la agenda noticiosa internacional y de gran parte de la población mundial también tuvo su correlato en nuestra ciudad. Monseñor Agustín Radrizzani, Arzobispo de la Diócesis Mercedes Luján expresó su opinión y envió un mensaje a la comunidad católica.
El mensaje emitido es el siguiente:
Mensaje del arzobispo de Mercedes – Luján, Mons. Agustín Radrizzani ante la renuncia del Papa Benedicto XVI.
Mercedes, 12 de febrero de 2013.
Queridos hermanos:
En el día de ayer, día de Nuestra Señora de Lourdes, nos llegó el anuncio del Papa Benedicto XVI de que el 28 de febrero presentará su renuncia para la misión que la Iglesia le había confiado.
Quedamos consternados, especialmente por lo inesperada de la noticia, pero al mismo tiempo demuestra en nuestro querido Papa un profundo acto de humildad y fuerte sentido de la responsabilidad.
Las tres veces que tuve la gracia de estar a solas con él, pude percibir en su mirada, en su capacidad de escucha y en la ausencia de prisa, a un hombre de Dios. Le han tocado momentos difíciles en el gobierno pastoral pero ha reflejado en estos 8 años de pontificado que ha vivido lo que afirmó el 19 de abril de 2005: “Soy un simple trabajador en la viña del Señor”.
Es una decisión que toma por el bien de la Iglesia y desea seguir sirviéndola desde la oración en un monasterio de vida contemplativa.
Por esto, les pido:
1- Dar gracias a Dios por la vida, el testimonio y la sabiduría del querido Papa Benedicto XVI, que tiene la audacia de hacerse a un lado por amor a la Iglesia.
2- Pedir al Señor que nos ayude a imitar esta convicción de que la acción apostólica será fecunda sólo si está apoyada en la oración.
3- Ponernos todos en oración para que el futuro Papa sea quien nos guíe en este camino de nueva evangelización para anunciar a todos, creyentes y no creyentes, la plenitud de vida que Dios nos da mediante la fe.
Hermanos queridos, estamos viviendo un acontecimiento histórico. Desde 1415 el mundo no asistía a la renuncia de un Papa.
También este hecho debe ayudarnos a relativizar todo lo que no sea el amor a Jesucristo y a su Santa Iglesia.
Este amor apasionado por el Reino nos invita a considerar lo que cuenta en la vida. Con esta conciencia viviremos el camino de conversión y testimonio de los primeros cristianos hasta que Dios sea todo en todos.
Con afecto en Jesús y María.