Juan Ustarroz, integrante del Frente Mercinos para la Victoria fue parte del Te Deum que se llevó a cabo durante la jornada del sábado a cargo del Arzobispo de Mercedes – Luján Agustín Radrizzani y con la presencia de la presidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner.
Al respecto, el Frente informó:
“Sueño, y creo que todos los hombres de buena voluntad comparten este sueño, con una patria más equilibrada socialmente, donde quien tiene comparta y no solo acumule y quien no tiene pueda ser aliviado en su necesidad dignamente (…) Es mucho lo que se viene haciendo, pero es mucho todavía lo que falta para crecer en justicia y hermandad”.
Con mi mujer, Manuela, y gracias a la generosa invitación del vicario Jorge Bruno, tuvimos el privilegio de asistir al Te Deum que brindó el monseñor Agustín Radrizzani este sábado en la Basílica de Luján y en el que estuvo también nuestra Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Y los dos reparamos especialmente en estas palabras iniciales de su homilía, porque compartimos su sueño de una sociedad más justa y porque creemos, como él, que el proyecto social de este gobierno, con sus carencias y defectos, ha hecho mucho y es consciente al mismo tiempo de lo mucho que nos falta.
No es sencillo el camino. La búsqueda de la equidad choca cada día con los poderosos intereses de quienes prefieren otra estructura social, porque para ejercer su dominio les es imprescindible la ignorancia, la exclusión y la pobreza de una parte del pueblo.
Hoy tenemos una oportunidad histórica: el primer Papa no europeo de la historia es argentino. Nuestro Papa Francisco. Ha llamado a esta pelea: lograr un mundo mejor, con “claridad y valentía” para darles combate a las injusticias. Y ofrece una fórmula sencilla: “Les quiero pedir un favor, que caminemos todos juntos. Que no haya odios, que no haya peleas. Que el deseo de cuidarse crezca en los corazones”.
En ocasión de la trágica inundación ocurrida en La Plata, los argentinos hemos dado una muestra conmovedora de solidaridad. El desafío es convertir esa reacción espontánea en un ejercicio cotidiano de altruismo; interpretar, en una mirada profunda y completamente honesta de quiénes somos, dónde están nuestras miserias individuales y colectivas para después cambiarlas. Entender por fin que el bienestar es una construcción que debe incluir inevitablemente a todos, porque de lo contrario solo constituye un espejismo.
Eso dice nuestra Presidenta cuando dice La Patria es el otro. Las certezas y la compresión de la realidad pasan por abrir los ojos y, simplemente, mirar qué le ocurre al de al lado.
Fuente: Frente Mercedino
