Por Oscar Dinova
Hubo que esperar 100 años para disfrutar este momento mágico, pero bien valió la pena. Ayer, la comunidad mercedina, le rindió un merecido y cálido homenaje a ese muchacho sencillo, talentoso y genial que fue –y es- Carlos Gardel. Día por día, el martes 27 de Agosto por la noche se cumplía un Siglo desde que el Terceto Nacional, formado por Gardel, Razzano y Martino actuara para los parroquianos presentes en la Confitería San Martín de Bruno y Julián, en la esquina de 26 y 25, en el lejano 1913.
Luego, volvió para despedirse en la memorable presentación del Cine Social, en la 25 casi esq. 22, allá por Mayo del ´33. Fue la última vez y se quedó para siempre entre nosotros, como el más grande artista argentino que haya pisado suelo mercedino.
Ayer, con muy buen tino, la Dirección de Cultura y Educación de la Municipal de Mercedes, decidió hacer un alto para honrar su memoria decretando la fecha, “Día de Interés Histórico y Cultural”. Pero además, la del convecino Rafael Rossi, que le escribiera 17 canciones, junto con la vida de Ricardo Enriquez que fundara la Asociación Carlos Gardel de Ayuda al Prójimo y en su nombre la de todos los gardelianos que nunca lo olvidaron .
En los tangos, exquisitamente cantados por Fernando Aschero, Nahuel Fusco y Gustavo Alvarez, la prosa evocativa del escritor Oscar Dinova, las simpáticas parejas de bailes de la Escuela de Danza Almafuerte y la guitarra genial de Hugo Diaz Cardenas, el Zorzal Criollo pareció una vez más estar entre nosotros, como si el tiempo se rindiera, por una vez, ante su voz inextinguible y a los caminos de la música que nos dejó, continuado por artistas tan comprometidos con la música popular.
Porque al fin de cuentas, “Cien años no es nada, que es febril la mirada, errante en las sombras, te busca y te nombra”. Carlos Gardel.