Con motivo de que el pasado 27 de agosto se cumpliera 100 años de la llegada de Carlos Gardel a Mercedes, la Dirección de Cultura se había comprometido con el personal y los abuelos del Hogar Villa Abrille a continuar con las celebraciones de dicha fecha.
Ayer se dijo presente en el Hogar de Ancianos para cumplimentar con dicha promesa. La magia rápidamente envolvió el recinto de la sala principal, y Oscar Dinova escritor y cuentista, fue quién tomara la iniciativa para dar comienzo a lo que sería luego una jornada apasionante. Preguntas y respuestas. ¿Quién sabría más de la vida del más grande cantante argentino? Abuelos y personal se mimetizaron en la piel del Zorzal y venciendo el miedo y la vergüenza, armaron un clima distendido y divertido.
Entre acordes y punteos, con una rapidez de dedos inusual y ese amor con que un artista, del calibre de Hugo Díaz Cárdenas, abraza al amor de su vida, la guitarra desprendió los primeros tangos que liberó entre los presentes la felicidad extrema. Los abuelos, siguiendo la voz del que ahora se entonara, Gustavo Álvarez, rompieron el hielo y lo siguieron al compás de “Muñeca Brava”.
“El sueño”, “Volver”, “Mano a Mano”, “Afiches”, fueron algunas de las otras canciones que se pudieron ayer disfrutar. Que permitieron por un momento aunque más no sea, dejar atrás las diferencias, las edades y los problemas, para vivir juntos, entre todos, en una voz, un texto, un acorde, un compás, una mañana mágica de Villa Abrille, que los abuelos, ni nosotros olvidaremos.