Por Aldo Martínez
La noche mercedina ha estado en la última semana en el ojo de la opinión pública. Los jóvenes y los adultos se expresaron en las redes sociales y la familia del joven golpeado se movilizó. El Municipio no se quedó atrás y tomó medidas contundentes. Una semana donde se dieron versiones irreales sobre la salud del joven. Donde se contaron o recordaron otros casos. Donde se opinó a favor y en contra del cierre de “Infamia”.
La noche en la ciudad, en términos de entretenimiento, quedó en la opinión pública por la violencia vivida contra un joven, por lo que se supo de otros casos durante la misma madrugada, como el adolescente con puntadas en el cuello o la molotov contra la casa de un familia que nada tenía que ver, pero, también porque el intendente Carlos Selva mostró la sanción administrativa más fuerte de su gestión que lleva una década: clausuró y dio de baja la licencia del boliche donde se iniciaron actos que finalizaron en la golpiza de 29 y 26, pero que en su historia tenía varias multas, contravenciones y actos de violencia, según narró el primer mandatario a la prensa.
En las redes sociales se pudo leer de todo. Aquellos que estaban totalmente a favor de la medida, los que la cuestionaban porque sostenían no daba solución, los que pedían mayor discriminación en el ingreso de los lugares de esparcimiento y los que estaban totalmente en desacuerdo viviendo la situación como un atropello. Como se dice: de todo.
La situación, claramente, merece un reflexión continua, a la par de la dinámica de la sociedad, de día y de noche, con medidas, acciones y responsabilidades de todos los actores sociales: Municipio, propietarios de boliches, vecinos, padres y madres, fuerzas de seguridad, inspectores, jóvenes y adultos, medios de comunicación, cada sujeto debe involucrarse pues no debemos reducir la situación a la nada que no contemple la complejidad plena de la situación.