El 2 febrero de cada año se conmemora el Día Mundial de los Humedales porque ése día, en el año 1971, se firmó la «Convención Internacional para la Conservación de los Humedales» en la ciudad de Ramsar (Iran).
Los humedales se definen como aquellos ecosistemas conformados por un cuerpo de agua corriente o estancada, temporal o permanente, y su flora y fauna asociada, lo que determina espacios de amplia diversidad biológica.
Para la zona de Mercedes, no son ni más ni menos que el río Luján y sus arroyos tributarios, los bañados, cañadones, lagunas, y pastizales húmedos. Estos ecosistemas nos brindan importantes beneficios tales como el abastecimiento de agua, el control de las inundaciones, la reposición de aguas subterráneas, la retención y exportación de sedimentos y nutrientes, la retención y transformación de contaminantes, la mitigación del cambio climático, entre otros.
El Museo Municipal de Ciencias Naturales «Carlos Ameghino» ha trabajado en la proyección de la Reserva Natural “Arroyo Balta”, finalmente creada en el año 2007 por Ordenaza 6308/o7. Este espacio concebido como área educativa, de divulgación, e investigación no debe caer en el olvido y abandono. Este lugar, aunque modificado en su naturaleza original, sigue siendo un importante humedal, que, sin un cuidado apropiado se verá día a día deteriorado en su diversidad biológica.
Es importante señalar que los humedales han desempeñado un papel clave para la supervivencia de las comunidades humanas a lo largo de la historia. Desde al menos 12000 años, aquí en Mercedes, los grupos humanos de cazadores y pescadores encontraron en las margenes del río Luján y sus arroyos, un lugar clave para la subsistencia. Generación tras generación, convivieron con la naturaleza formando parte del ecosistema sin impactarlo demasiado, alimentándose de los numerosos productos que los humedales proveen: peces, aves, moluscos, reptiles, variados mamíferos, frutos y hierbas comestibles, etc.
Actualmente y a nivel mundial, el aumento desordenado de la población y el creciente desarrollo de la economía han sido los principales generadores indirectos de la degradación y pérdida de ríos, lagunas y bañados, de lo que Mercedes es sólo un caso más. Los lugares naturales cerca de las ciudades van siendo urbanizados, cultivados o parquizados, matando flora y fauna y paisaje natural por gente que no entiende el valor de mantener naturaleza auténtica. La transformación de los humedales mediante los rellenos de tierras (elevación del suelo) por sobre el nivel de los valles de inundación, las caprichosas modificaciones de los cauces y su reconversión para emprendimientos inmobiliarios privados con lagunas interiores artificiales, o traslado de barrios, etc. anulan la capacidad del humedal como regulador hidrológico, alteran el funcionamiento natural de la cuenca, impiden el escurrimiento de aguas superficiales y la recarga de acuíferos.
En este marco, como ciudadanos conscientes nos corresponde ayudar a entender la importancia de cuidar la naturaleza a los que tienen el poder de decidir qué se va a hacer en las áreas naturales: intendentes, funcionarios de parques y paseos, de turismo, de educación de áreas sociales, de agricultura. Proteger la naturaleza da a todos muchos beneficios prácticos, científicos, estéticos, culturales y espirituales que no los dá ninguna otra cosa. Convivir afectuosamente la gente, plantas y los animales, con el aire y el agua puros, es posible.