Por Sebastián Varceló
Cuando no podés llegar a trabajar porque los medios de transporte no tienen servicios de emergencia o no los dejan movilizarse. Cuando las calles para transitar en tus propios medios están cortadas por piquetes que se dicen ser de una fuerza y que bien podrían ser de otra. Cuando se realiza con un 60%, tal como mostraron las encuestas, de desconocimiento de lo que se reclama. Cuando se termina generando por parte de la unión de dos históricos y longevos dirigentes gremiales con el más alto nivel de imagen negativa que se unen mientras saltan y saltan de fuerzas políticas. Cuando, la jornada, estuvo plagada de lugares comunes sin definir nada, más que la negatividad política de un contexto debatible.
¿Se puede decir que fue un paro? ¿O nos lo impusieron por la fuerza de inmovilizarnos?
Por último, se recomienda leer el artículo de La Nación que narra cómo hubo «aprietes» a bares capitalinos para que cierren sus puertas, a pesar de querer trabajar, en un claro artículo de Diego Cabot titulado: «De gremios, aprietes y bares porteños»
Ir: http://www.lanacion.com.ar/1679855-de-gremios-aprietes-y-bares-portenos
