La Universidad Nacional de Luján el mes próximo cumplirá treinta años de haber sido reabierta por el gobierno democrático de Raúl Alfonsín tras ser cerrada íntegramente por la última Dictadura Cívico Militar. Según se supo desde la actual gestión del Ing. Osvaldo Arizio se están preparando actos y conmemoraciones tanto en Sede Central como en sus Centros y Delegaciones. Se especula con importantes presencias dado que es una fecha más que significativa.
La Universidad Nacional de Luján tiene varias particularidades. Una de ellas es que fue creada por una dictadura militar, la de Lanusse con un decreto ley del 20 de diciembre de 1972 y cerrada por otra dictadura, la de Videla.
En 1973 la ponen en funcionamiento con la intervención del Dr. Rosell, proveniente de la Universidad del Sur. Casi tres meses después renuncia ante el advenimiento del peronismo al poder con Cámpora quién designa a Emilio Fermín Mignone como rector. Fue él quien le dio su profunda impronta. Logró gestar, junto a un grupo de lúcidos científicos, una universidad distinta. Entre otras cuestiones se diferenció por permitir, por primera vez en la historia de la educación superior en el país, el ingreso de mayores de 25 años de edad sin secundaria dando un previo examen de ingreso, que buscaba generar un estándar cultural. Fue la que promocionó la educación a distancia, al punto de llegar a trabajar en conjunto con la BBC de Londres. Creó carreras inéditas, como Ing. en Alimentos, algo único en un país que se enorgullecía de ser el granero del mundo. También Minoridad y Familia, Educación General y Agronomía, entre otras, pero con un claro perfil crítico y mirando el Oeste de la Provincia de Buenos Aires. En 1979 el Dictador y mercedinio Rafael Videla firmó el decreto de cierre. Tal situación generó reclamos, apoyo de personalidades como Borges, Sábato y León Gieco, que dio un recital de aliento que casi le cuesta la vida. Estudiantes y docentes reclamaron movilizándose por las calles de Luján e incluso en Plaza de Mayo. En Luján pasaron una navidad en las escalinatas de la Basílica Catedral que no les abrió las puertas ni los recibió, dejándolos a la intemperie, en un claro apoyo de la iglesia católica Argentina a la Dictadura y no a la educación pública.
Mignone en 1976 dejó el rectorado y tiempo después vivió la desaparición de su hija Mónica, que enseñaba catecismo y apoyo escolar en villas del bajo Flores, las mismas que el actual Papa Francisco, Bergoglio, dejaba de lado, en una época que algunos desean tapar. Asume el Ing. Gerardo Amado quién conduce la UNLu hasta que es nuevamente intervenida y cerrada. Las excusas del cierre son tan inverosímiles que hoy resultan piezas de museo de humor, con un Ministro de Educación, recientemente fallecido, Llerena Amadeo, que muy cobardemente nunca se atrevió a decir la palabra “cierre” en su discurso de clausura, presentando la cuestión como un favor al a comunidad que sería trasladada a la Universidad de Buenos Aires que, dicho sea de paso, se quedó con bienes y recursos de la UNLu, bienes que jamás volvieron.
En 1980 se crea la comisión pro reapertura de la UNLu y logran en 1983 que todas las fuerzas políticas que se disputaban las elecciones para la presidencia del retorno de la democracia pongan en sus plataformas de futuro gobierno la moción de reabrir la universidad. Fue así que Raúl Ricardo Alfonsín, en Campana, lleva a cabo el acto de reapertura en julio de 1984 dando inicio a una nueva etapa de la vida universitaria. Fue su rector de la reapertura el médico Enrique Fliess, lujanense que aún continúa dando allí clases.
En el año 2007 la Casa de Altos Estudios logra algo que venía planteando desde hacía un tiempo. Tras una extensa investigación y lucha en las cámaras de Diputados y Senadores de la Nación, en los medios de comunicación, en los concejos deliberantes de la zona que dieron su apoyo (Mercedes no lo hizo) logra la Reparación Histórica bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner quién termina promulgando la ley y otorgando dinero fresco para poder construir más y mejores aulas, edificios en San Miguel, Campana y Luján, reparaciones profundas en San Fernando, crear laboratorios y programar lanzar nuevas carreras. Actualmente es, por segunda vez con un mandato entre medio de intervalo, el rector el Ingeniero Osvaldo Arizio.
La Universidad, en Mercedes, tiene una delegación en el espacio del Centro Universitario Mercedes de avenida 47 casi 28, donde se dicta el primer año de la carrera de Licenciado en Administración. En las elecciones cerca de 500 mercedinos están habilitados a votar y otros tanto se mantienen como estudiantes intermitentes, un imporante número, donde ya cuenta con cientos de graduados de Mercedes en dicha institución. Amalia Testa y Antonio Lapolla, ambos de raíz radical y esposos, mercedinos, fueron rectores durante la década del noventa y principio del dos mil. Se estima casi medio centenar de mercedios siguen vinculados en las áreas docentes y no docentes de la institución.
Las particularidades de la institución son, claramente, muchas. Abierta y cerrada por dos dictaduras. Reabierta y Reparada por la democracia. Hoy se debate en dicho lugar una modificación de su Estatuto buscando dar mayores coberturas académicas y adaptación a la realidad mientras, en muy poco tiempo, cumplirá tres décadas de ver sus puertas reabrir tras el saqueo y la muerte vivida a manos de la última dictadura cívico, económica, eclesiástica, mediática y militar que vivió nuestro país.