Mercedes y sus jóvenes no estuvieron exentos de las atrocidades de la última Dictadura Cívico Militar. Sobra volver a decirlo, pero, a los detenidos, desaparecidos, asesinados y secuestrados se le debe sumar los cientos de vigilados, atemorizados y perseguidos. La Noche de los Lápices es un momento destacado, entre varios más.
Cada día que pasa se obtiene más información, si se la busca, claro. Sabíamos que todas las fuerzas de seguridad locales fueron cómplices, elementos de secuestro, tortura y señalamiento de personas. Ellas y sus cómplices en la iglesia, el empresariado y la sociedad civil, que también, en muchos casos, tuvo sus réditos. Elementos que la justicia debería, en algún momento, investigar.
Policías y civiles eran agentes de información a la Central de Inteligencia en La Plata perteneciente a la Dirección de Inteligencia de la Policía Bonaerense, o, también, a nivel nacional, cuya dirección, estaba a cargo de un mercedino: Mario Hugo Miatello.
Nuestros familiares, madres, amigos, hermanos, padres, de detenidos desaparecidos también estaban investigados y perseguidos. Muchos de nuestros vigilados-perseguidos eran estudiantes y en este 16 de septiembre, fecha sentida si las hay, vuelven, como cotidianamente sucede, a estar en nuestra memoria.
Los documentos que cuenta la Comisión Provincial de la Memoria muestran como, en Mercedes, los familiares eran vigilados, perseguidos y sujetos a una amenaza constante. En estos momentos dicha Comisión está empezando a procesar las cajas de nuestra localidad, las que emitían desde la policía bonaerense, donde hay información, facturas, libros, etc. (Aunque la mezcla vivida hace sospechar se daban funciones compartidas, interconectatas, entre todas las fuerzas)
En una misa de 1982 que esperaban sea para los desaparecidos, cosa que no sucedió, estando la iglesia nuevamente silenciando el tema, se reunieron y dialogaron una vez finalizada los familiares locales. En ese momento, entre tantos otros, fueron observados, de muy cerca, por los integrantes de los servicios de inteligencia. La vida nos permite hoy contarlo y ver la documentación, sin embargo, ellos, en aquel entonces, corrieron un peligro de dimensiones inimaginables. Fueron perseguidos, vigilados, fichados, como se dice, encarpetados.
A 38 años de “La Noche de los Lápices” sabemos que la Dictadura fue un “todo” complejo que cambió el país, quizás, para siempre y es por ello que la constante develación de los reales acontecimiento es un acto más para arribar a la necesaria justicia.
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Fuente: Mesa»D(s)», Carpeta Varios, Legajo 19.885. (tachados por respeto de ley haber data)
