– Por Frente de Izquierda –
Al anunciar el hallazgo del cuerpo de Luciano Arruga, el gobierno y las fuerzas de seguridad intentan explicar su muerte como consecuencia de un accidente de tránsito.
Sin embargo, la última vez que se lo vio con vida, el 31 de enero de 2009, fue cuando ingresaba detenido al Destacamento Policial de Lomas del Mirador, hoy cerrado por la lucha de sus familiares y amigos. Ya el año anterior había sido detenido y torturado por la policía Bonaerense para obligarlo a robar a su servicio. Por su negativa a delinquir, fue detenido y torturado en ese destacamento.
Los policías fueron encubiertos, aun cuando las pesquisas indicaban que Luciano había estado, poco antes de desaparecer, en un patrullero de esa dependencia policial.
Recién en febrero de este año -un lustro más tarde- la justicia recaratuló la causa como “desaparición forzada “. Hasta ese momento, y luego de años de investigación y denuncias que apuntaban a señalar el hostigamiento que había sufrido por parte de la bonaerense, la causa se encontraba caratulada como “averiguación de paradero”. La investigación había sido colocada en manos de los mismos policías que lo habían detenido y torturado en 2008 y que eran acusados de su desaparición. Dos adolescentes testigos de haber visto a Luciano en el Destacamento el día de su desaparición fueron golpeados por la policía y sus casas allanadas sin orden judicial. También el hermano de Luciano fue golpeado y amenazado por policías.
Recién el 23 de septiembre de este año, los familiares de Luciano pudieron interpelar a los gobiernos nacional y bonaerense delante de un juez, en el marco de un habeas corpus presentado en los tribunales de Morón. La Cámara de Apelaciones de San Martín había rechazado antes el mismo planteo. Vale recordar que el Ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados (promotor de los escuadrones de la muerte durante su intendencia en Ezeiza), reincorporó a las fuerzas de seguridad a los policías que habían sido desafectados por sus vínculos con la desaparición de Luciano.
Ahora, con el hallazgo del cuerpo, se informa que Luciano fue enterrado como NN hace seis años, después de un supuesto accidente de tránsito y de haber sido trasladado al Hospital Santojanni de la Ciudad de Buenos Aires y luego a la morgue. Cuando un cuerpo sin identificación entra en la morgue, permanece por 60 días a la espera de que alguien lo reclame. Pero el cuerpo de Luciano se inhumó a los tres días de ingresado. La foto de Luciano Arruga había circulado por marchas y actos, y no fue reconocido en la morgue… La denuncia realizada por la madre de Luciano Arruga en el Destacamento Policial tardó cinco días en llegar a la Fiscalía.
En febrero de 2013 la Cámara Federal de Casación Penal, Sala IV al hacer lugar al recurso de habeas corpus presentado por su familia dijo “…la responsabilidad estatal «se extiende al hecho de que en cinco años y seis meses del inicio de la investigación penal nada se supo del paradero del menor, sumado a las irregularidades advertidas durante el comienzo de la investigación».
Por su parte, el gobierno nacional ha permanecido en silencio. El cuadro de impunidad y encubrimiento es el mismo que se registró con Jorge Julio López y los más de 210 desaparecidos en democracia, 80 de ellos durante la última década. Fue la movilización de la familia y de las organizaciones populares la que ha dado con Luciano.
Pero la tarea principal sigue pendiente:
¡Juicio y Castigo a los responsables del crimen de Luciano Arruga!
Toda la cadena de responsabilidades, desde el asesinato a su ocultamiento posterior, deben ser investigadas