Una vez más, manos anónimas han vuelto a dañar el busto que recuerda a la señora María Eva Duarte de Perón, sito en la esquina de 30 y 23.
Es imposible creer que de tanto en tanto se afee dicha obra recordatoria.
En orden a los recurrentes daños, ha debido optarse por su retiro y resguardarlo en el Sindicato de la Carne y sólo recolocarlo en modo provisorio en ocasiones de aniversarios de la recordada señora, dama que fuera protectora de los más humildes de la sociedad como lo demostró en su época o en los vigentes mensajes que dejó conculcados.
En las varias oportunidades dañosas, nunca lograron determinar persona alguna como autor de las afrentas, por lo que es de esperar que esta vez se afanen en determinar la autoría y reciba el condigno castigo por el delito de daño cometido.
Evita no es merecedora de tales afrentas, como tampoco ninguna figura pública de nuestro pasado, las que con sus más y sus menos se desvelaron por la sociedad argentina.
Es más, también reprobamos las inscripciones con pintura en aerosol de color negro sobre el basamento de la estatua ecuestre del general José de San Martín.
¿Por qué han acontecido?. Vaya a saberse. ¿Será porque se ha perdido el sentido de nacionalidad y de todo respeto para con el patrimonio comunitario?. ¿Qué ha inducido a la comisión de tamaños atropellos?.
Sólo cabe el anhelo que la sociedad toda repruebe los hechos vandálicos referidos.
Agrupación Justicialista “Arturo Jauretche”.