Con una procesión por el barrio y misa presidida por monseñor Jorge Bruno. “Debemos aprender de José y pedirle a Dios que nos ayude a tener su estilo, ser humildes, simples”, afirmó el padre Marcelo Abrey. Este domingo, almuerzo.
El padre Marcelo Abrey, cura párroco de San José Obrero de Mercedes, se mostró contento tras la celebración principal de las Fiestas Patronales que tuvo lugar este sábado por la tarde en el templo de Pasaje Antonelli entre avenida 29 y la calle 27. Hubo procesión por las calles del barrio con la actuación de la banda municipal “Virgen de la Merced” y posterior misa, que tuvo las galas acostumbradas a la importancia del acontecimiento con el coro de la parroquia ofreciendo en la oportunidad nuevas canciones.
“Estoy contento de llegar a este momento, celebrar a José, el obrero, el carpintero, del que yo siempre pienso cuánto o amó Dios para confiarle ni más ni menos que a su hijo”, comentó Marcelo Abrey este sábado. “Para poder recibir a Jesús hay que tener el estilo de Jesús, y el padre al cual el Padre de los Cielos eligió es justamente del estilo de Dios, humilde, sencillo, silencioso, pero fiel y una persona de entrega y de contemplación. Yo pienso siempre cuánto vivió José junto a Jesús, cuánto habrá aprendido de él y cuanto le habrá enseñado José a Jesús. La humildad de ese Dios que quiso aprender de los hombres hasta un oficio, aprendió la carpintería de las manos de José siendo él el creador de los árboles, como podríamos decirle. El creador de todo. Entonces debemos aprender de José y pedirle a Dios que nos ayude a tener su estilo, ser humildes, simples, pequeños para poder percibir su paso entre nosotros continuamente, en las necesidades de los hermanos, en las alegrías de los otros, en la necesidad que tenemos de comprender o de ser comprendidos, en el saber pedir ayuda, en saber darla. Todas cosas que indican la humildad. Humilde es el que reconoce y vive en la verdad, por eso pide, por eso agradece, por eso da, ayuda y está abierto a percibir ese paso de Dios, como José, en las cosas pequeñitas. Que José interceda por nosotros, es un santo grandísimo, e imaginen todas las virtudes que tendrá para haberle confiado nada más y nada menos que hacer las veces del Padre de los Cielos. Pidámosle que interceda por nosotros y nos conceda la gracia de poder imitarlo en ese estilo que tiene Dios y tienen los santos como él”, afirmó el cura párroco de San José Obrero.
El sábado en el marco de la celebración central la parroquia se pobló de presencias del ámbito sacerdotal y de seminaristas. La ceremonia fue presidida por monseñor Jorge Bruno y concelebrada por Abrey y el Padre Darío Kling, quien es rector del Seminario “Santo Cura de Ars”. También el padre Pablo Vallés estuvo en la misa y además otro de los que participó en el altar fue el padre Agustín Fernández, de la Basílica Catedral y Alejandro Trobo. Bruno dejó los saludos para la comunidad de parte del arzobispo Agustín Radrizzani. “Han venido todos los formadores y han llamado otros sacerdotes que no pudieron venir pero espiritualmente estuvieron presente. Los padres Sebastian y Federico me han llamado por teléfono, y los seminaristas también nos han acompañado hoy y lo harán este domingo en el almuerzo”, completó Abrey
