Un accidente en pelotero despierta preocupación sobre cómo funcionan y reaccionan

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Un accidente, como podría haber sufrido cualquiera de nuestros niños, padeció una pequeña mercedina en un lugar de entretenimiento, para fiestas y cumpleaños. El hecho terminó de la peor manera: la pequeña fue intervenida en el Hospital Garrahan por la gravedad de la quebradura vivida tras caerse de un toro mecánico.

El padre de la niña aprovechó las redes sociales para narrar el asunto. El accidente, como tal, es evitable, pero, cuando sucede, se espera un actuar acorde. En esta ocasión la familia da cuenta de los hechos y su profunda preocupación por cómo finalizaron los acontecimientos y aprovechan su desgracia para alertar al resto de los padres, invitándonos a todos a estar atentos.

Cristian, papá de la pequeña, comentó:

“Siempre consideré que las redes sociales no son un buen lugar para dar a conocer desgracias y malos momentos. La victimización es un estilo que está muy lejos de mis prácticas sociales habituales. Son entonces otros objetivos los que me llevan a hacer pública una situación que hemos vivido con mi familia hace unas semanas.

Estoy convencido de que es mi deber como ciudadano y vecino de Mercedes, hacer todo lo posible para advertir al mayor número de personas posibles sobre la peligrosidad y negligencia con la que actúa un reconocido comercio de nuestra ciudad dedicado a los eventos infantiles: el pelotero “ilusiones”.

Mi hija menor asistió a este lugar al festejo de cumpleaños de una compañerita de la escuela. Dicho establecimiento tiene como “juego de recreación” un toro mecánico, el cual es utilizado tanto para los mayores como para los menores de edad. El juego consiste en subir a los chicos al toro y después de un tiempo determinado, arrojarlos del mismo de forma violenta. Con el agravante de permitir que arriba del juego estén montados 2 y hasta 3 niños (se pueden ver imágenes ilustrativas en la página del comercio). Producto de esta situación irregular, mi hija (que estaba con otra compañera arriba del toro) cayó y sufrió una grave fractura en su codo izquierdo que determino un traslado de urgencia al Hospital Garrahan para ser intervenida quirúrgicamente ya que la fractura comprometía seriamente una arteria que interrumpía el pulso de su mano. El resultado fue la colocación de 3 clavos en el codo y el compromiso de un nervio que afecta el movimiento de tres dedos.

Ustedes se podrán imaginar el momento de dolor que tuvo que soportar una niña de 11 años, al punto que en el Hospital local tuvieron que inyectarle morfina para calmarla un poco.

Hoy, gracias a la atención recibida y al amor de su familia y amigos, Guada se está recuperando favorablemente. Pero perdió un mes de clases, está limitada físicamente, no puede ir más a vóley con sus amigas ni tocar la guitarra con su papá.

La angustia sufrida por todos nosotros en estos días nos pone ante la obligación de hacer pública esta situación para que nadie tenga que pasar por algo así. Todos tenemos un hijo, un hermanito, un sobrino o nieto que alguna vez puede asistir a este lugar y quisiéramos que lo cuidasen como se merecen, responsablemente, ya que estamos dejando en manos de esta gente lo más preciado que tenemos: nuestros niños.

Por si todo esto fuera poco, recibimos por parte de la dueña del local un trato deshumanizado que se limitó a una llamada telefónica y mandarnos a hablar con su abogado que, por otra parte, nunca nos atendió.

Si usted, señora o señor, piensa dos veces antes de contratar el servicio de “ilusiones” o confiar el cuidado de sus niños en manos de esta gente, nuestro objetivo estará cumplido.”

El padre manifestó la preocupación ante los hechos y por medio de éste comunicado graficó la situación que ningún padre desearía vivir.

 

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