Por JORGE PIROTTA
Este domingo 26 de julio de 2015, a las 20:25 horas, se cumplieron 63 años del fallecimiento de María Eva Duarte de Perón, EVITA, nuestra inmortal “Abanderada de los Humildes”, la que nos enseñó que “donde hay una necesidad, hay un Derecho”, la que ofrendó su vida siendo el brazo ejecutor de la política de Justicia Social de Juan Perón.
Su ejemplo de vida ha trascendido las fronteras de nuestro país. EVITA es hoy mundialmente sinónimo de lucha por la dignificación de los más necesitados, de compromiso militante con la construcción de una sociedad más justa, con igualdad de oportunidades, sin deplorables privilegios.
“Era una mujer maravillosa” supo decir Juan Perón, “ella pudo ser candidata a todo y sin embargo sólo quiso hacer el bien, los argentinos le debemos mucho a esa gran mujer”.
Perón y Evita son nuestros próceres de la Justicia Social, inescindibles, unidos por la misma pasión de lucha. Perón sin Evita no hubiera podido generar un cambio cultural tan profundo en nuestra sociedad. Evita sin Perón no hubiera podido iluminar con su luz de amor a millones de familias humildes de nuestra Patria.
Hoy, como todos los días, renuevo mi compromiso personal de rendirles homenaje a estos dos seres sin igual trabajando por hacer realidad efectiva la Justicia Social cuyo mandato nos legaron.