Bajo un importante marco de público se llevó a cabo la «fogata de San Juan» frente al Museo Histórico Víctor Miguez de nuestra ciudad. Música, murgas y la quema de los muñecos en la recuperación de una tradición en nuestra sociedad.
En la calle 12, frente a la puerta principal del Museo Municipal, un muñeco de papel esperaba ser quemado junto a todas las malas intenciones y otros pequeños muñecos realizados por distintos vecinos. En la misma calle, pero cerca de la esquina con calle 21, las murgas mercedinas se hacían escuchar con sus bombos, platillos y redoblantes a la espera de la señal que indicaría en qué momento prender la gran fogata.
La respuesta del público fue importante. Adultos mayores recordando su niñez cuando la noche de San Juan se celebraba en distintos barrios y casas particulares, los más chicos sacándose fotos con el muñeco destinado a ser quemado ansiosos por ver cómo el fuego purificaría penas, venerar a San Juan el Bautista, pero también de celebrar la noche más larga, el día más corto y el solsticio de invierno.
El Intendente Municipal Juan Ignacio Ustarroz dio la bienvenida y el agradecimiento por la presencia de los vecinos, las murgas y el agradecimiento al servicio penitenciario de la Unidad Nº 5 que creó el muñeco a quemar y a los pequeños de la Casa del Niño que hicieron muñecos más pequeños también destinados a perecer entre las llamas.
Las murgas marcharon, cuatro antorchas se acercaban al centro del muñeco que lleno de papeles, sentimientos a quemar y a través de las llamas elevar al cielo sus anhelos, que serán cumplidos antes de la próxima fogata. El muñeco ardió, alrededor de éste, los murgueros bailaban en ronda y al compás de la percusión hasta que las llamas fueron extinguiéndose con la ayuda del cuerpo de Bomberos Voluntarios.
