Gran cantidad de vecinos y visitantes fueron parte del encuentro propuesto por la Municipalidad de Mercedes en el Complejo Cultural La Trocha para una fiesta de la Pachamama en conjunto a la comunidad boliviana local.
A pesar de no ser la fecha exacta de la celebración, la comunidad boliviana local sin dejar de estar en el tiempo de realización de la celebración encabezo junto a la Municipalidad un multitudinario encuentro en el espacio del Complejo Cultural La Trocha.
Se llevó a cabo el tradicional tributo o pago al enterrar una olla de barro que en su interior tiene comida, hojas secas de coca, alcohol, chicha y otros productos típicos.
El Cacique Facundo Rivero, siendo parte de la primera tanda de bolivianos que llegaron a nuestra ciudad y se afincaron para efectuar distintas actividades fue quién encabezó la propuestas. En Mercedes la comunidad boliviana realiza una importante actividad vinculada a la producción primaria de alimentos.
La actividad contó con el apoyo local y la participacion activa del intendente Juan Ignacio Ustarroz quien además participó de las diferentes propuestas culturales de la celebración donde miles de mercedinos aprovecharon la jornada de buen clima y la propuesta libre, pública y gratuita con apoyatura de la Dirección de Cultura, de Turismo y toda la gestión.
Estuvo presente el Vice Consul Gonzalo Calderón como representante de la República de Bolivia en Argentina, como asi también Beatríz Moreno, Julian Arias y Oscar Orellano. Acompañaron al intendente distintos funcionarios locales.
Pachamama
Pachamama (Madre Tierra) o Mama Pacha es una diosa totémica de los Incas representado por el planeta Tierra, al que se brindaban presentes. La ofrenda era con ella en las ceremonias agrícolas y ganaderas; las que aún se estilan, actualmente, en el mundo andino.1 Es el núcleo del sistema de creencias de actuación ecológico-social entre los pueblos indígenas de los Andes Centrales de América del Sur.
Dentro de la historia se afirma que: “La divinidad de la Pachamama (la Madre Tierra) representa a la Tierra, pero no solo el suelo o la tierra geológica, así como tampoco solo la naturaleza; es todo ello en su conjunto. No está localizada en un lugar específico, pero se concentra en ciertos lugares como manantiales, vertientes, o apachetas. Es una deidad inmediata y cotidiana, que actúa directamente, por presencia y con la cual se dialoga permanentemente, ya sea pidiéndose sustento o disculpándose por alguna falta cometida en contra de la tierra y por todo lo que nos provee.
No es una deidad creadora sino protectora y proveedora; cobija a los seres humanos, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, el pastor de la Puna Meridional está obligado a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no solo en los momentos y sitios predeterminados por el ritual sino, particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad. Sin embargo se la considera asimismo con una faz negativa: la Pachamama tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si casualmente se la ofende, ella provoca enfermedades.”