Quilmes cumplió el primer objetivo, que era estar entre los mejores cuatro equipos del torneo de básquet de Primera División de la Liga de Chivilcoy y accedió a la semifinal del torneo en el tercer lugar. Ahora deberá medirse ante Ciudad de Saladillo, que quedó segundo detrás de Racing, el tercero, que jugará ante Argentino. Francisco Mc Cormack, emblema del cervecero, dialogó con el programa El Pulso y respecto a la reprogramación de los partidos señaló que «el primer partido de la semifinal tuvo idas y vueltas en su programación. Ibamos a jugar el sábado en Saladillo, pero por la lluvia se suspendió, después se iba a jugar mañana de local, pero también se suspendió y no sabemos cuándo se va a jugar».
«Tito», como lo conocen todos, comentó que Quilmes clasificó «tercero, después de Racing, que está jugando el torneo con los mismos que juega el Federal y Saladillo, que utiliza a los jugadores del Provincial de Clubes y para nosotros fue una alegría quedar en ese puesto y jugar la semifinal, después de un segundo semestre con entrenamientos duros, llegando a hacerlo cuatro o cinco veces por semana».
Además, agregó que «estamos muy confiados por todo el trabajo que estuvimos haciendo, recuperando jugadores y con mucha confianza por todo lo trabajado en este tiempo y porque nos hicimos fuertes de local. Ellos tienen muy buen equipo, muy buenos jugadores, pero con la intensidad de la defensa, el contragolpe y lo que es nuestro ataque estacionado, estamos muy confiados. Ojalá podamos llegar a la final».
Mc Cormack resaltó como fortaleza de Quilmes que el equipo «conoce la cancha, es más chica que el resto, sabemos correrla y defendenos. Nuestra primera opción es el ataque rápido, pero si no, hacemos el ataque estanco. Conocemos nuestro aro, nuestro piso»
Y respecto al entrenador que asumió este semestre, José Luis Giallorenzo, destacó que «conoce a todos los rivales, a todos los jugadores, sus prácticas son muy intensas y eso pretende en el partido y luego respetar el orden táctico para no perder pelotas y terminar bien arriba los partidos. Tiene mucha personalidad, absorbe mucho la presión, habla con los árbitros y eso ayuda mucho a los equipos».