Por Gervasio Rocha. Foto: Carlos Brea. Miremos el pasado. Mercedes arrancó con derrotas consecutivas la fase de grupos de este Federal C. Estaba último, sin puntos, y debía viajar a Lujan obligado a ganar para mantenerse a flote en el torneo. Y allí fue, ganó, metió seis goles, y encontró a partir de esa victoria, una racha en la que obtuvo diez puntos sobre doce, alcanzando el primer puesto en la tabla que le permite avanzar sin jugar la primera fase de los partidos de ida y vuelta.
Miremos el presente. Le ganó a Lujan por una diferencia que pudo y debió haber sido mayor, consolidando un buen bloque defensivo en el que sobresale nítidamente Gatti, afirmado como líder en ese sector del campo. Tuvo un mediocampo de buena producción a pesar de no haber estado Román Díaz en su mejor tarde, pero compensado en el despliegue de Barrientos, Contardi y Parra. Y tuvo en ofensiva un desequilibrante Lawler, que le dio el gol de la victoria con una brillante definición rasante entrando por el medio del área ante la salida del arquero. Sufrió innecesariamente por algunas fallas propias que propiciaron jugadas de riesgo de Lujan, que, de todos modos, no le alcanzaron al visitante para lograr la igualdad.
Miremos el futuro. ¿Sigue Lawler? Si no fuera así, tiene en esa eventual ausencia el foco de mayor preocupación. Porque tanto Rivas como Vázquez están para el juego interior, entre los centrales, pero sin esa explosión para generar riesgos en los últimos veinte metros de la cancha. Franco Gatti, que entró y fue de menor a mayor, no se muestra aún con credenciales como para aspirar a una titularidad indiscutida. Y no mucho más. Si el delantero suipachense permanece hasta el final del torneo, Mercedes puede dar batalla en búsqueda del sueño del ascenso al Federal B. El mismo sueño que convoca a sus hinchas, encargados de haberle dado a la hermosa tarde del domingo un colorido y una pasión que merece el premio final.