En la tarde del domingo se inauguró «Pelo y barba. El oficio del Peluquero» en el Museo Histórico Víctor Míguez. Una representación actoral organizada por un grupo de escritores, actores y músicos mercedinos recibía a los dos grupos de visitantes en una inauguración fuera de lo común. La muestra de objetos de peluquerías y barberías continuará durante todo septiembre.
Rara. Exótica. Inédita. Deslumbrante. Así fue la inauguración de “Pelo y Barba. El oficio del peluquero” en el Museo Míguez. No es una muestra más. O al menos intenta no serlo desde su concepción: objetos que interactúan en el espacio y que convoca a un estupendo viaje en el tiempo. Navajas, sillas, tijeras, secadores. Todo ahí, para ver y disfrutar. Para cerrar los ojos y transportarse.
En la tarde noche del domingo, las puertas del Museo Histórico se abrieron para recibir a grandes personalidades de esta profesión que han trabajado en nuestra ciudad marcando un camino, pero también a quienes lo hacen en la actualidad, continuando y perfeccionándolo.
En un merecido homenaje que ofrecieron con una interpretación asombrosamente lograda y con salas desbordada de público, se pudo ver en dos oportunidades la escena de la peluquería del pueblo, diseñada en los años 70, donde los artistas interpretaron textos de Ángeles Mastretta, Hebe Uhart y Silvina Ocampo.
Fue grato ver a Sergio Dematei interpretando a Perla Canon, con su porte sobresaliente y sus morisquetas luminosas, acompañado de una gran productora devenida en asistente cómplice y audaz como Gabriela Florella. Además, la belleza en el decir y en el ser de Eliana Ramponi, la asombrosa actuación, fresca y genuina, de Gabriela Bourdieau, una sorprendente Magui Uncal, cargada de tensión y personalidad y la esquizofrenia contagiosa de Patricio Uncal en un personaje altamente nocivo y complejo, majestuosamente logrado.
“Pelo y barba. El oficio del peluquero” es una muestra que se extenderá durante todo septiembre, con nuevas propuestas en vivo que serán parte de ella y que convocarán a más público en ese espacio. Todo podría haber sido una inauguración más. Una exposición corriente y sobria. Pero no. Las ideas todavía pueden atravesar las fronteras de lo común y eso es un beso en la mejilla.
Texto: Prensa Municipal
Fotos: Clarisa Altieri