En defensa de los mares y océanos

Por Cristian Frers* ¿Y si el azul se desvanece y todas las aguas del mar se vuelven marrones, los corales se tornan blancos, los pastos marinos se marchitan y los espacios de vida desaparecen?

Existen pruebas de que los mares  y océanos han sufrido a manos del hombre durante miles de años, desde la época romana. Sin embargo, los estudios llevados a cabo recientemente demuestran que la degradación, especialmente en las zonas costeras, se ha acelerado notablemente en los últimos tres siglos.

Algunos de los contaminantes más comunes derivados de la actividad humana son los plaguicidas, herbicidas, fertilizantes químicos, detergentes, hidrocarburos, aguas residuales, plásticos y otros sólidos.

La contaminación de mares y océanos implica las siguientes consecuencias:

  1. El deterioro de la calidad de las aguas y su menor aprovechamiento.
  2. Poner en peligro la vida de numerosas especies marinas.
  3. Perjudica la actividad pesquera y en consecuencia la disponibilidad de alimentos provenientes del mar.
  4. Las especies contaminadas que llegan a ser ingeridas pueden causar enfermedades graves en la población que las consume.
  5. Formación de algas toxicas por desperdicios químicos procedentes del vertido de aguas residuales, del uso de fertilizantes y desechos industriales.
  6. La imposibilidad de su uso como centros de recreación.

Los océanos proveen alimentos, energía, agua, empleos y beneficios económicos para las personas y los países, incluidas las naciones sin litoral. Ayudan a mitigar el cambio climático y representan un enorme recurso para el desarrollo sostenible. La salud de los mares y océanos está intrínsecamente vinculada a la salud de nuestro planeta y a la vida en la Tierra.

El 6 de diciembre del 2017, Los países se comprometieron a aumentar la investigación y el desarrollo, atacar la contaminación a través de acciones especialmente diseñadas, migrar a las sociedades hacia estilos de vida sostenibles basados en una economía circular, promover incentivos fiscales para estimular a los mercados e incentivar cambios positivos, fortalecer y hacer cumplir las leyes sobre contaminación… Pasara lo mismo en Argentina?

En el mes de enero de 2018 se hallaron 14 delfines muertos en distintas playas del Partido de la Costa, entre Nueva Atlantis y Mar de Ajó, en la Provincia de Buenos Aires. Son de la especie conocida como franciscana (Pontoporia blainvillei), la más amenazada del Atlántico Sur, y estaban sin vida desde hacía varios días en el mar pero llegaron a las playas debido a las sudestadas registradas las últimas semanas.

Es uno de los más pequeños del mundo y se distribuye por la costa atlántica del sudeste de Sudamérica. Es el único miembro del grupo de delfines de río, pero que no vive exclusivamente en agua dulce, sino que lo hace también en agua salada como en océanos y estuarios. Únicamente se encuentran en las costas de Brasil, Uruguay y Argentina.

Sobre la especie del delfín hallado, también conocido como delfín del Plata, esta es considerada una especie vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Esta es una de las especies que podría desaparecer en menos de treinta años.

Ahora es el momento de actuar para salvar los mares y océanos y todas las vidas que de ellos dependen. El ser humano creo estos problemas, con acciones globales se pueden resolver. Actuemos YA. Antes que el azul se desvanezca.

 

*Cristian Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

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