Las empresas y su responsabilidad ante el ambiente

Por Cristián Frers* –  Una empresa es un sistema que interacciona con su entorno materializando una idea, de forma planificada, dando satisfacción a una demandas y deseos de clientes, a través de una actividad económica.

Se entiende por ambiente al entorno que afecta y condiciona las circunstancias de vida de las personas o la sociedad en su vida. Comprende el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y un momento determinado, que influyen en la vida del ser humano y en las generaciones venideras. No se trata solo del espacio en que se desarrolla la vida sino que también abarca seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones entre ellos, asi como elementos tan intangibles como la cultura.

El ambiente provee de insumos a la economía y es imprescindible para garantizar la producción sostenible de bienes y servicios en el tiempo; de allí la importancia de la protección y el cuidado del mismo. Las decisiones de las generaciones actuales en la forma de producción, consumo y cuidado del ambiente influirán directamente en las posibilidades de producción y consumo de las generaciones futuras. El ambiente natural es un recurso limitado, pero a la vez, es la base de todo el sistema económico, por lo tanto, en su uso y en los daños que se le ocasionen, o en los esfuerzos por conservarlo. El deterioro ambiental nos es consecuencia de un accidente ni de un error de cálculo, es consecuencia de decisiones tomadas sin considerar sus implicancias futuras.

Todos somos conscientes de que para crear un modelo de sociedad sostenible, hay que incluir en ella a las empresas como agentes con capacidad para dar respuesta a las necesidades de la humanidad.

Hasta no hace mucho tiempo empresa y medio ambiente eran dos elementos enfrentados. El poder de las empresas es cada vez es mayor debido a factores como la globalización, la flexibilidad de los mercados o la externalización de la producción. Las leyes estatales de cada país resultan cada vez más insuficientes y se quedan cortos a la hora de obligar a las grandes compañías a reducir el impacto medioambiental.

La empresa (industria, construcción, agricultura…) se veía como fuente de contaminación y de destrucción ambiental, y, por su parte, se pensaba o se piensa que la preocupación ambiental era o es un freno al desarrollo empresarial y a la creación de empleo. Esta perspectiva ha empezado a cambiar desde la introducción del concepto de desarrollo sustentable y ante la necesidad de superar una concepción productivita de los modelos de desarrollo que conducía irremediablemente a una crisis ambiental a escala local, regional y planetaria.

Lo que se conoce como responsabilidad social ambiental no es otra cosa que una serie de acciones y esfuerzos que llevan a cabo las empresas tanto publicas como para compatibilizar sus actividades comerciales y corporativas con la preservación del medioambiente y de los entornos en los que operan.

La sostenibilidad, el respeto y cuidado de los recursos naturales no solo está adscrito a los hábitos de consumo de la sociedad. Ha de ser materia troncal de las empresas. La gestión de los residuos, el consumo de energía y materiales y la igualdad es una cuestión imprescindible y primordial para que el planeta sea un lugar sostenible medioambientalmente y respetuoso. Esa tarea no solo le concierne a las grandes empresas, privadas o públicas, sino que las pequeñas y locales también tienen mucho que aportar.

Por eso, resulta fundamental concienciar a quienes nos rodean de la importancia de los pequeños gestos y acciones cotidianas, los cuales, pese a que en apariencia pasan desapercibidos, a largo plazo adquieren un papel importante.

Los consumidores juegan un papel muy grande en la promoción de una verdadera responsabilidad ambiental de las empresas, porque tienen el derecho a conocer sus prácticas ambientales y a difundir esta información entre el resto de la población. Además, tienen derecho a elegir productos y servicios que respeten el medio ambiente y a rechazar aquellos que no lo hacen; de esta manera, ejercen su responsabilidad como consumidores.

 

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

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