Monseñor Radrizzani celebró la Misa Crismal

En la mañana de este miércoles, en la Basílica Catedral de Mercedes, el Arzobispo de la Arquidiócesis Mercedes – Luján, Monseñor Agustín Radrizzani presidió la tradicional Misa Crismal. En la celebración de bendijeron los óleos sagrados y los sacerdotes de la Arquidiócesis renovaron sus votos.

Los sacerdotes de la arquidioscesis renuevan sus votos

Tal como lo hace cada año, el miércoles santo, se desarrolló este encuentro trascendente para el catolicismo no solo por bendecir los sagrados óleos (óleo de los catecúmenos, óleo de los enfermos y santo crisma) sino porque se da una renovación de las promesas sacerdotales.

Acompañado por el clero de la Arquidiócesis de Mercedes Luján, de religiosas provenientes de las distintas ciudades que la componen y de feligreses principalmente de la ciudad de Mercedes, llamando la atención de la ausencia de las autoridades comunales y de fuerzas vivas, el Arzobispo, acompañado por el Obispo Auxiliar Jorge Eduardo Scheinig, llevó adelante la Eucaristía en las que bendijo los oleos para la administración de los sacramentos.

El Óleo de los catecúmenos, que se utiliza en el sacramento del Bautismo, el Santo Crisma con el cual se consagra a los recién bautizados, a los confirmados y a los sacerdotes, y el Óleo de los enfermos con el que se confiere la unción que fortalece y prepara para sobrellevar el dolor, fueron entregados a los sacerdotes de toda la arquidiócesis.

Monseñor Agustín presidió la misa acompañado del Obispo Auxiliar, párrocos y sacerdotes de la región.

En su homilía, Monseñor Radrizzani hizo hincapié en la ayuda a los pobres. Leyó un fragmento del evangelio de Lucas, evangelista presente en el nacimiento de Jesús y de Juan Bautista, pero también describe cómo actúa Jesús ante el pueblo. «Esta es su tarea, poner esperanzas en aquellos que sufren», leyó el obispo Agustín. «A Dios le preocupa el sufrimiento de su gente. Por eso deja su aldea para llevar la buena noticia a los pobres», agregó y enfatizó en la mirada «hacia el sufrimiento de sus hermanos».

«Nosotros cuando nos presentamos no mostramos nuestros documentos o nuestros títulos profesionales. Esto es secundario. Lo que nos identifica son nuestros anhelos, nuestros sueños. Por tanto, al hablar de nosotros mismos, presentamos lo que amamos y las esperanzas que cultivamos», destacó Radrizzani dirigiéndose a los sacerdotes de la Arquidióscesis presentes en la Basíiica Catedral, sede de la diócesis Mercedes-Luján.

«Nosotros también estamos de parte de los marginales y oprimidos. La defensa de Jesús es la prueba de que nos estamos dejando guiar por el espíritu de Jesús. El Papa Francisco nos invita en modo contundente a recorrer este camino. Dice: el corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres. El salvador nació en un pesebre, como lo hacían los hijos de los más pobres. Cuando comenzó anunciar el reino, lo seguían multitudes de desposeídos. La preferencia de Dios por los pobres tiene consecuencias en la vida de todos los cristianos. Ya vamos a tener los mismos sentimientos de Jesús. Los pobres tienen mucho que enseñarnos. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos. Así estamos llamados a descubrir a Jesús», agregó el Arzobispo instando a los sacerdotes a aprender de «los más pobres» y a prestarles «atención espiritual», «una atención religiosa privilegiada y prioritaria», destacó citando al Papa.

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