A través de una comunicación enviada a los medios y publicadas en sus redes sociales, la Asociación Civil S.O.S. Hábitat propone y pide que se “evite quemar hojas secas”. ¿Por qué no debemos quemar las hojas secas?, ¿Qué debemos hacer con ellas? ¿Qué es lo que causa? Se preguntan y afirman “seamos conscientes del daño que produce”.
“La quema de materia orgánica produce dioxinas y furanos. Estos compuestos químicos clorados que resultan a partir de procesos involuntarios de combustión, son peligrosos para la salud, en especial para los niños.
No son solubles en agua, pero sí en aceites, lo que hace que se adhieran a tejidos grasos y se aumenten los riesgos de contraer enfermedades graves, trastornos hormonales y neurológicos, y debilitan el sistema inmunológico.
Estas dioxinas integran un grupo de productos que se denominan “contaminantes orgánicos permanentes” (COP). Estos son muy persistentes y no son fácilmente degradables.
Viajan a grandes distancias y se encuentran en todos lados; arrastrados por el aire o las corrientes marinas pueden cambiar de un ser vivo a otro y también cambiar de estado, de líquido a sólido y gaseoso, lo que facilita su arrastre y depósito en alimentos.
Además, es bueno saber que…
- Las hojas secas crean una protección natural del césped, ante las heladas, reduciendo el traspaso de las bajas temperaturas al suelo y además conservan su humedad.
- Una capa de 5 centímetro que cubra el suelo y rodee los tallos de las plantas, frena el nacimiento de malezas y mejora las condiciones de cultivo.
- Podemos contribuir al ambientes agregándolas al compost o secas y estrujadas pueden ser un liviano y útil mantillo.
- Es responsabilidad de todos terminar definitivamente con la quema de hojas secas y de cualquier otro resto de materia orgánica.