Clarín. La vida del futbolista obliga a muchas renuncias. Lo sabe Lucas Biglia, que desde muy chico resignó buena parte de la diversión en la vida adolescente por una carrera que lo llevó a la Selección argentina y al fútbol europeo. Y quedó claro en una entrevista que le realizaron este jueves que parte de esa vida que quedó pendiente todavía lo persigue.
El recuerdo afloró en la nota en el programa Estudio Fútbol, por TyC Sports. Más allá de la gloria futbolera, para Estela, su mamá, por encima de todo eso está una aspiración: que finalmente Lucas pueda conseguir el título secundario.
«Yo desde muy chico empecé con los entrenamientos, tanto en el club como en la Selección juvenil. Y los estudios fueron quedando de lado. El título secundario es una deuda que tengo con mi vieja y todavía está ahí», admitió Lucas, visiblemente conmocionado.
Biglia recordó además a su papá, fallecido hace diez años por un paro cardíaco. «La noche anterior, él venía de jugar al fútbol y hablamos bastante. Pero al día siguiente me encontré con los llamados de mi novia y mi representante», contó.
Los primeros tiempos después de su partida fueron muy duros. Y, como contó Lucas, la herida siempre está ahí. «Me duele desde hace diez años no poder compartir con él todas las cosas buenas que me pasaron. No solo en lo futbolístico, sino también en mi vida personal», explicó.
Para Biglia, de 32 años, ahora es tiempo de encarar la preparación para el que seguramente sea su último Mundial. El tiempo del futbolista se está acabando y él lo sabe. Pero la vida seguirá y, con ella, la oportunidad de recuperar parte de aquel pasado.