Por Cristián Frers* – Una energía alternativa, o más precisamente una fuente de energía alternativa es aquella que puede suplir a las energías o fuentes energéticas actuales, ya sea por su menor efecto contaminante, o fundamentalmente por su posibilidad de renovación.
El consumo de energía es uno de los grandes medidores del progreso y bienestar de una sociedad. El concepto de crisis energética aparece cuando las fuentes de energía de las que se abastece la sociedad se agotan. Un modelo económico como el actual, cuyo funcionamiento depende de un continuo crecimiento, exige también una demanda igualmente creciente de energía. Puesto que las fuentes de energía fósil y nuclear son finitas, es inevitable que en un determinado momento la demanda no pueda ser abastecida y todo el sistema colapse, salvo que se descubran y desarrollen otros nuevos métodos para obtener energía: éstas serían las energías alternativas
Las fuentes de energía renovables son aquellas que, tras ser utilizadas, se pueden regenerar de manera natural o artificial. Algunas de estas fuentes renovables están sometidas a ciclos que se mantienen de forma más o menos constante en la naturaleza
Almacenar energía es un desafío por excelencia en los próximos años. Los principales problemas de este almacenaje a escala de red están basados en la tecnología y en la economía. En la actualidad, se están usando volantes o bancos de batería para almacenar electricidad durante tiempos breves, por lo que sirven, hasta el momento, solo para estabilizar la red eléctrica. La única tecnología que se utiliza comercialmente en el uso de la electricidad es el bombeo de agua. El proceso tiene un impacto ambiental no menor que necesita de inversiones de tiempos de construcción y de capital. Se espera que existan otras tecnologías que lleguen a brindar soluciones razonables a este tipo de almacenaje. El aire comprimido, no ha llegado a despegar hasta el día de hoy, pero las baterías de litio han reducido los costos y se espera que su utilización aumente significativamente.
La distribución de las energías renovables es más equitativa que otros recursos energéticos y llega al punto de consumo con mayor facilidad. La energía solar puede ayudar a ganar confort sin altos costos pero el salto en la calidad de vida se siente en la calidad por su versatilidad. Si se tiene en cuenta que la red eléctrica necesita un volumen de mercado que impulse su desarrollo. Las energías renovables pueden llevar progreso a lugares donde el acceso a la red eléctrica parecía impensado debido a la inexistencia de consumidores.
La transformación de la matriz energética de casi todas las provincias argentinas está en marcha. El Plan Nacional de Energías Renovables, implementado el actual Gobierno Nacional de Mauricio Macri, ya superó las expectativas. La inversión en energías renovables en Argentina aumentó unas 9 veces en el 2017 hasta alcanzar los 1.800 millones de dólares, comparado con el 2016. Se estableció la meta de alcanzar un 8% de generación de energías limpias para fines del año 2018, y de un 20 por ciento para fines del 2025. Es necesario profundizar este proceso y tomar lo realizado hasta este año como punto de partida de la estrategia futura en la materia, todo esto es bueno para el ambiente, lo que significa que es bueno para la sociedad.
Resulta imperativo que Argentina se mantenga en el camino iniciado en el año 2015 con la aprobación de la ley N° 27191 y profundice sus esfuerzos para cumplir con los objetivos propuestos, aprovechando el más que favorable contexto internacional para este tipo de inversiones y capitalizando la disposición geográfica del territorio nacional, cuya extensión permite planificar proyectos que abarquen diversos tipos de energías renovables: solar, eólica, hidráulica o, incluso, generada por biomasa.
Todos los días vamos siguiendo los avances de la tecnología que nos acercarán cada día más al reemplazo definitivo de las energías no renovables. La disponibilidad energética de las fuentes de energía renovable es mayor que las fuentes de energía convencionales, sin embargo su utilización aun es escasa.
El desarrollo de la tecnología, el incremento de la exigencia social y los costos más bajos de instalación y rápida amortización, están impulsando un mayor uso de las fuentes de energía de origen renovable en los últimos años.
*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).