La batalla por la sustentabilidad ambiental

Por Cristián Frers* – La sustentabilidad es la capacidad que tiene una sociedad para hacer un uso consciente y responsable de sus recursos, sin agotarlos o exceder su capacidad de renovación, y sin comprometer el acceso a estos por parte de las generaciones futuras.

La incorporación de este concepto ambiental en los paradigmas de desarrollo es un asunto muy importante para la supervivencia humana. Es necesaria conjugar el crecimiento y el desarrollo económico y social con una administración eficiente y racional de los recursos naturales que le permita a la población tener acceso a niveles crecientes de bienestar y calidad de vida. Esta sustentabilidad exige el aprovechamiento y transformación racional de los recursos naturales y del ambiente preservándolos para las futuras generaciones.

Sin embargo, la lentitud de la respuesta de los gobiernos y de las sociedades no corresponde a la acelerada velocidad a la que ocurren los cambios sobre la naturaleza por causa de las causas humanas, lo cual impacta la calidad de vida y el propio desarrollo de la población local, regional y mundial.  El reto sigue siendo erradicar la pobreza, reducir las desigualdades, promover el crecimiento económico y teniendo en cuenta la producción y consumo más sustentable.

Si no se modifican las tendencias, inexorablemente el problema va a empeorar. Para el año 2050 la población se incrementará alrededor de 3 mil millones de habitantes que demandarán alimentos, agua, materias primas y energía. A este número se deben sumar las cerca de 1,400 millones de personas que actualmente viven en condiciones de pobreza extrema, que se encuentran desnutridos y no tienen acceso al agua limpia. Dicho de otra forma: los patrones de consumo y producción actuales que han provocado una alteración sin precedentes en el  funcionamiento de la naturaleza, incluso, en ocasiones, de manera irreversible, no se han podido resolver las necesidades básicas de una quinta parte de la población mundial.

Hay que encontrar un método que sea eficiente para medir la sustentabilidad ambiental. Cabe mencionar que se trata de un camino por el que apenas se transita y falta un largo trecho por recorrer. Uno de los factores, para el cambio en la perspectiva del ser humano sobre la importancia de ambiente, corresponde a las variaciones en la dinámica de las organizaciones. Las transiciones aplican a variaciones en los precios materias primas, reconocimiento de la industria sobre el calentamiento global e innovaciones tecnológicas sobre en el campo energético. El cambio en la perspectiva sobre la relevancia del ambiente ha motivado a las organizaciones a variar sus modelos de negocios.

El concepto de sustentabilidad acompaña en Argentina la severa situación social y económica de la nación, que se une a la compleja problemática ambiental, frente a la cual muchas personas parecen resignarse a la pasividad, suponiendo que enfrentarla requiere de mayores sacrificios económicos y de traumáticos cambios de costumbres. Parecen esperar que la cuestión ambiental se resuelva mágicamente y no perciben que no sólo podemos y debemos reducir drásticamente el impacto sobre los sistemas naturales, sino que también se podría implementar un nuevo modelo de desarrollo.

Muchos ambientalistas han dedicado y dedican, (no todos), la mayor parte de sus esfuerzos a denunciar el impacto de las actividades productivas sobre el ambiente, advirtiendo que se están rebasando los límites admisibles del planeta. Desde el sector productivo la respuesta ha sido la de desplazar tales límites a través del desarrollo de nuevas tecnologías. Lo cierto es que, como resultado se ingresa en un círculo vicioso donde se continúa con el deterioro del ambiente y fomentando la pobreza que ha crecido en forma alarmante.

Resulta evidente que no será en la profundización del conflicto, la forma en que se encuentre la solución y que solo reconciliando ambas tendencias se lograra construir una nueva economía. A partir de reconocer que son los recursos naturales y los servicios de los ecosistemas los que hacen posible toda actividad económica y, más importante aún es advertir que ellos son los que hacen posible la vida; de allí su inmenso valor.

La insuficiencia de enfoques interdisciplinarios no permite, desde las distintas áreas del conocimiento, entender y explicar los sistemas complejos que constituyen las relaciones socioambientales. Es indispensable acelerar, en todos los ámbitos, los procesos que faciliten el entendimiento de los problemas, locales, regionales y globales, y la construcción de rutas para su solución integral y transdisciplinaria.

 

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

 

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