Cristián Frers* – ¿Somos conscientes de la importancia del agua en el mundo y de la importancia de la biodiversidad?, ¿Somos conscientes de que millones de personas carecen de acceso al agua potable?, ¿Somos conscientes de cuántos millones de personas mueren cada año, principalmente niños, de enfermedades causadas por el agua insalubre?
La contaminación de las aguas es uno de los factores más importante que rompe la armonía entre el hombre y su medio, no sólo de forma inmediata sino también a medio y a largo plazo; por tanto, la prevención y lucha contra dicha contaminación constituye actualmente una necesidad de gran importancia.
Los ríos, por su capacidad de arrastre y el movimiento de las aguas, son capaces de soportar mayor cantidad de contaminantes. Sin embargo, la presencia de tantos residuos domésticos, fertilizantes, pesticidas y desechos industriales altera la flora y fauna acuáticas. En las aguas no contaminadas existe cierto equilibrio entre los animales y los vegetales, que se rompe por la presencia de materiales extraños. Así, algunas especies desaparecen mientras que otras se reproducen en exceso. Además, las aguas adquieren una apariencia y olor desagradables. Los ríos constituyen la principal fuente de abastecimiento de agua potable de las poblaciones humanas. Su contaminación limita la disponibilidad de este recurso imprescindible para la vida.
Merecer el río significa saber hacer uso de él, amarlo, amar a sus habitantes, su medio y fundamentalmente desear que nunca deje de ser lo que es hoy para nuestros hijos y nuestros nietos y actuar en consecuencia. Merecer el río significa respetar las reglamentaciones, educarse para adoptar una actitud que contribuya a mejorar sus condiciones.
En el año 2006, se llevó a analizar unas muestras del río Areco, a la altura de la localidad de Carmen de Areco -Provincia de Buenos Aires-. Una de las muestras dio 1,12 ppm. mucho más alto que el aceptado por países europeos, cuyos límites no debe superar el 0,05 ppm.
Los fósforos provienen de diversas fuentes, las más comunes son los detergentes. Otros aportes de fósforo a las redes de agua superficial y subterránea provienen del escurrimiento procedente de los establecimientos de engorde de ganado de corral, de la erosión de los suelos, de los sistemas cloacales y aguas servidas y del excesivo uso de fertilizantes en chacras, campos y estancias.
Una manera de luchar contra el flagelo de la contaminación acuática es el uso biotecnológico como los humedales artificiales. Los humedales son zonas de transición entre el medio ambiente terrestre y acuático, que sirven como enlace dinámico entre ambos. Son de escasa profundidad y con una importante cantidad de vegetación, formada por plantas acuáticas y semi acuáticas, hace que los niveles de contaminación eliminados por los vegetales, sean muy importantes.
Una de las ventajas más significativa de esta técnica es que aporta un potencial ambiental estético, educacional y recreativo.
Durante años, nadie hizo nada para solucionar el tema en la localidad, especialmente desde el ámbito político y municipal. Hasta que el 16 de agosto del 2018, la profesora de la localidad, Susana Marchissio, entrega a sus alumnos un trabajo de investigación basado en un artículo periodístico cuyo título es el siguiente: «Cómo solucionar el problema de contaminación del Río Areco» (http://tangodiario.com.ar/como-solucionar-el-problema-de-contaminacion-en-el-rio-areco-en-la-localidad-de-carmen-de-areco/ publicado en el diario Tango, el 1° de agosto del 2015).
Es hora que la gente de la ciudad entienda que luchar contra la contaminación de los ríos es de vital importancia, no sólo para la protección del propio ambiente, sino para la fauna y la vegetación.
Hoy, en muchos pueblos, las plantas de tratamiento ya no cumplen su objetivo por obsolescencia y/o por mayor carga, debido a la actividad industrial. Construir nuevas plantas de depuración o conectar plantas lejanas ya existentes implica un elevado costo. Pero conectar las antiguas plantas con humedales artificiales podría ser una alternativa ecológica y económicamente aceptable
El agua es un don que la naturaleza ofreció a la vida y a cada uno de nosotros. Sin ella, no hay vida. El 70% de nuestro cuerpo está compuesto de agua. ¿Cómo cuidarla y no luchar por ella?
*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).