Mercedina denuncia a su ex pareja por violencia de género

Daniela Bustos de 32 años, de ocupación modelo y promotora, fue agredida el viernes de la semana anterior, alrededor de las siete de la mañana en la vivienda del agresor, en Martínez, donde ella estaba también residiendo desde el mes de julio. Una difícil situación debió vivir una joven oriunda de nuestra ciudad a manos de su pareja. Fue víctima de violencia física de parte de su novio, Maximiliano Landeras, quien es sargento de policía en San Isidro.

La difícil situación por la que debió atravesar comenzó al regresar de una fiesta en el Golf de Villa Adelina. Allí su ex pareja invitó a un grupo de amigos a un after en su casa, y todos se dirigieron al lugar y hubo consumo de alcohol. Tras una situación incómoda que debió afrontar en la que dos personas realizaban actividades sexuales en su dormitorio, les pidió que se retiren. Y así quedó sola con su ex pareja. La joven se disponía a dormir.

Serían cerca de las 7 de la mañana. Fue entonces cuando Landeras ingresó al cuarto a recriminarle por haber echado a sus amigos, que lo había hecho quedar mal. Ella le dijo que no era así a lo que el sujeto se volvió violento. Le propinó golpes de puño, la llevó desde la habitación al living arrastrándola de los cabellos y continuó dañándola con golpes, mordeduras, patadas. En un momento pudo zafarse e intentó salir corriendo. Llegó hasta el patio, pero allí fue interceptada y nuevamente llevada al interior de la vivienda de manera muy violenta. Durante el ataque también fue víctima de abuso sexual y recibió amenazas de muerte.

Como pudo, ni bien su agresor se durmió, logró huir de la casa y comenzó a gritar en la calle pidiendo ayuda. Así un transeúnte la ayudó a llegar a un lugar donde había policías y así pudo recibir asistencia médica, en todo momento escoltada por la autoridad.

La denuncia la radicó en la comisaría décima de San Isidro, con intervención de la Fiscalía del mismo Departamento Judicial. El mismo día lo detuvieron.

En primera persona
Tras lo ocurrido, el pasado martes regresó a Mercedes. Pasó los días posteriores a su agresión en casa de sus amistades, hasta poder reponerse ya que no quería que su familia la viera en las condiciones en las que había quedado. Primeramente se lo comunicó a su hermano y este al resto de la familia hasta que la joven regresó. Daniela es madre de dos mellizos de 13 años.

En varios medios locales Daniela tuvo el valor de contar lo ocurrido tras hacer público lo que vivió en las redes sociales. “Recibí muchos mensajes de mujeres, muchas también víctimas de estas situaciones, y que no se animan a hablar. Que esto que me pasó a mí sirva para que otras mujeres no se callen y no les de vergüenza. A mí me dio vergüenza cuando me estaba llevando la policía al hospital. Pero tengo hijos y tengo que seguir adelante. Y no puede ser que una persona así me arruine la vida”, expresó sumamente congojada. Y esa es su principal intensión al mostrarse de la forma tan vulnerable en la que se encuentra.

Además de lo ocurrido, la joven contó que tuvo oportunidad de llamar al 911 durante la agresión. Pero el sujeto la descubrió. “Cuando llamaron del 911 a mi teléfono me hizo decir que era todo mentira y me sacó el teléfono”, señaló. Y así toda ayuda posible se desvaneció.

“Yo a vos te tengo matar, te tengo que matar, yo a vos te voy a matar”, era lo que no dejaba de repetir Landeras y lo que a la joven le dio valor para poder salir de allí.

“Me levanté y como pude me puse un buzo, unas calzas, agarré el manojo de llaves que estaban al lado de la cama de él y abrí la puerta. Me gritaba “volvé al cuarto porque si no voy y te mato”. Le dejé las llaves y le dije que me había arruinado, que no iba a poder trabajar más, y él me respondió “no, a mí me van a echar del trabajo por lo que me hiciste hacerte, por eso vos te vas a quedar encerrada acá hasta que te pongas bien, nadie te va a ver”. Cuando me dijo eso yo pensé que no me podía quedar ahí y cuando vi que se me venía de nuevo encima, me fui corriendo a la calle, que ya la puerta estaba sin llave, a pedir ayuda”, relató.

Finalmente fue asistida. “Vino la ambulancia, me tuvieron de 8:00 a 13:00 en el hospital, de ahí me llevaron al médico de la policía, a Fiscalía, después fui escoltada con dos policías a la casa que compartíamos para buscar mis cosas y, a partir de ahí, me quedé en Martínez en la casa de una amiga, que se hizo cargo de mí y firmó todos los papeles. Después me enteré que él, al otro día, se levantó y fue a trabajar, normal”, señaló.

Respecto de si había vuelto a tener contacto con su agresor, señaló: “En el momento que fui con los dos policías, él estaba trabajando, la madre me abrió la puerta. Lo llamó por teléfono, le mandó una foto mía y él le dijo “Por favor, decile que la amo, que no sé qué me pasó, que no vuelva a Mercedes porque cuando la familia la vea así, no me la van a dejar ver nunca más, la voy a perder”. La madre me insistía. Después empecé a recibir tantos mensajes y llamadas de ella que la tuve que bloquear”.

En cuanto a si ya había sufrido agresiones previamente, contó: “Dos veces anteriores había tenido actitudes violentas. Una por decir algo que no le gustó y la otra fue en una discusión. Las dos veces me agarró de los pelos y me pegó con la mano abierta. Le dije que lo iba a denunciar, y me dijo que nadie mi iba a creer porque no me había dejado ninguna marca”.

Consultada sobre su estado de salud actual expresó: “Me rompió la nariz y parte de la cara. Estoy averiguando por un cirujano y necesito que un médico me vea urgente porque tengo el pómulo hundido y dificultades para abrir el ojo”.
“Miedo no tengo, quiero que pague por lo que hizo. En el momento que me estaba golpeado yo solamente pensé en que no me podía morir ahí, que tenía que salir de ese lugar. Fue lo único que pensé yo acá no me puedo morir”, expresó.

Hay que denunciar
Finalmente, alentó a otras mujeres que fueran víctima de violencia a que denuncien: “No nos tenemos que callar, tenemos que contarlo porque siempre va a haber alguien para ayudarnos. Siempre alguien te va a abrir las puertas de su casa para que puedas pasar la noche, sobre todo si tenés un hijo. Tenemos que ser fuertes. No puede ser que nos sigan matando a trompadas. Yo hoy estoy muy contenida por mi familia y por mis amigos, pero también estoy muy triste. Nunca pensé que me iba a pasar una cosa así, siempre oí de afuera, lo vi en la tele y demás, pero nunca pensé que me iba a pasar”.

 

Colaboración: Yesica Landola

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