El caso de la docente María Verónica Lobera, que data ya de varios años, parece no tener fin. Hace seis años atrás se dio a conocer el tema, primero por una movilización de padres en su favor, y más tarde nuevamente dado que la maestra hizo pública la situación tras no lograr que se resolviera un expediente que generaran en su contra. Finalmente este año se falló a su favor siendo sobreseída, por unanimidad del Tribunal, de lo que se le imputaba.
Sin embargo, a pesar de esto, aún hoy no logra ejercer su vocación. Y es que, tras denunciar por lo ocurrido a toda la rama de nivel inicial, solicitó poder ejercer un cargo de preceptoría en la Escuela de Educación Técnica N° 2, donde estuvo cumpliendo tareas durante cuatro años –ante su desplazamiento- y hasta hace algunos meses en que su salud se vio afectada por esta situación, y se ha encontrado con innumerables trabas.
Es por ello que ahora hizo pública nuevamente una denuncia por persecución y violencia laboral en el que se ve envuelta, y en el que encuentra resistencia de parte de diferentes autoridades de todas las instancias. Ahora contó nuevamente a la comunidad lo que le ocurre para que las autoridades correspondientes tomen cartas en el asunto y se resuelva, de una vez por todas, su situación.
Nueva denuncia
Lobera cumplió tareas en la Técnica N° 2 tras ser desplazada de su cargo en el jardín, tras la primera licencia que debió solicitar al verse afectada en su salud por lo ocurrido. Hace cuatro años tomó la tarea, hasta julio de este año, cuando volvió a pedir licencia ya que tras el sobreseimiento debería volver a cumplir funciones en el jardín 908 donde había ocurrido la dolorosa situación. Y ello le generó una afectación en su salud.
“Tengo que llegar a esta instancia de hacer pública mi situación porque ya no sé a dónde más ir. Pasé todas las instancias; hace muchos años vengo sufriendo un abuso laboral y de poder; además de discriminación de alto grado ya que han utilizado mis caracteres físicos, mis creencias, mi aptitud de salud mental –basados únicamente en sus apreciaciones porque no hubo ningún tipo de pericia siquiera – para socavar mis derechos y garantías desde 2012. En su momento me hicieron un presumario por demás de violento, con alto contenido discriminatorio. Según inspectoras, y propias compañeras de trabajo de aquel momento, soy una persona muy histriónica, atrevida con las autoridades, irreverente, con problemas mentales. Y esto quedó escrito y por ello también realicé una denuncia al INADI a toda la rama inicial” manifestó y agregó que ello fue porque lo que se instruyó en su contra tuvo intervención “de las que por entonces eran mis compañeras. De hecho, en su momento trascendió como que fue una situación con una familia del jardín. Pero no era solamente eso, la mamá era la fonoaudióloga del jardín y fue su marido quien violentamente fue al jardín para agredirme, en una situación en la que yo no había tenido nada que ver; y después salieron con una presunta venta de muebles inconsulta acusándome de un defalco al Estado. Pero esa venta está publicada en Cooperadora y firmada por la directora del jardín en su momento. ¿Yo qué tenía que ver con esa situación? Y así y todo lograron desplazarme todo este tiempo, que afortunadamente hubo funcionarios provinciales que tomaron mi caso para que llegue a la instancia del Tribunal en el que me sobreseyeron por unanimidad”.
En tanto, señaló: “Hoy mi situación se resolvió. Costó muchos años que me instruya un sumariante y llegó el sobreseimiento por el Tribunal de La Plata en julio de este año. No había ninguna prueba, sin embargo yo pude presentar muchos elementos para demostrar que no correspondía. Ahora estoy pidiendo que me cambien de ámbito laboral, pedí un cargo de preceptoría en la Escuela Técnica 2, un lugar donde mis compañeros laborales y hasta los alumnos – muchos de ellos alumnos del jardín de infantes – me contuvieron desde el primer momento; y la secretaría de Inspección me manifiesta que eso no se puede hacer. Me plantean que tengo que volver a mi rama, ámbito que está denuncia por mi parte desde el 2012 y donde me violentaron en mis derechos. Es algo que no se comprende, porque en realidad sí se puede hacer pero me están poniendo todas las trabas. Necesito que alguien intervenga y vea las causas, porque en ningún ámbito llegan mis expedientes porque me los están cajoneando. ¿Tengo que ir directamente al Ministerio de Educación?, porque no se entiende. Para colmo, todas las personas que me han denunciado parece que las han premiado con cargos y puestos, y no han tenido ningún tipo de sanción por falso testimonio. De todas formas a todos y cada uno los incluí en la denuncia del INADI, que espero que actúe. Y espero también que los gremios y las autoridades locales reacciones y también actúen”.
“Me sacaron de mi laburo, de lo que amaba hacer”, expresó visiblemente afectada y además contó que se vio afectada también en su salud: “Cuando se me inició el presumario tuve afectación de mi salud. Me dio una gran depresión a causa de esta situación y como padezco soriasis me surgieron lesiones de gravedad por lo que debí realizarme gran cantidad de estudios. Por esta situación ahora volví a enfermarme”.
Para colmo, Lobera también se vio afectada en su salario. “Es una situación muy inusual también porque en La Plata figuro con una licencia por una enfermedad crónica autoinmune – una artritis – provocada por estrés y acá me pusieron como que tengo una extraordinaria común. Entonces no se entiende qué sucede y me están liquidando mal los haberes desde hace varios meses”.
“En aquel momento y hoy se utilizan los espacios de poder para socavar los derechos y garantías de las personas. Mi intención no es solo que se resuelva mi situación. Me preocupa que le pase a otros docentes y sé que hoy día hay mucha gente con miedo”, concluyó.