Por Cristián Frers* – Hoy en día es un lugar común afirmar que la cuestión ambiental es un problema político. Menos evidente sin embargo es el hecho de que la cuestión política sea, en gran medida, un problema ecológico.
Resolver los problemas ecológicos debería suponer una voluntad política que contemple los intereses de la mayoría de los que hoy viven y de las generaciones futuras, y no los beneficios a corto plazo de unos pocos. Esto exige, al menos, un Estado democrático y una sociedad civil estructurada
Argentina aún está lejos de cumplir metas ambientales. Lamentablemente, el gobierno de Mauricio Macri esta desperdiciado la oportunidad de posicionar la política ambiental como un tema de Estado.
Los gobiernos locales deben redoblar sus esfuerzos para lograr una movilidad sostenible en las ciudades, priorizar a las personas, fomentar una alimentación sana y gestionar de manera eficiente los recursos naturales.
La política ambiental local se debe basar en la preocupación y desarrollo de objetivos con fines para mejorar el ambiente, conservar los principios naturales de la vida humana y fomentar un desarrollo sostenible. Tanto en el ámbito público como privado, la conciencia ambiental debe ser creciente y a nivel nacional deben basarse en asegurar la preservación, conservación, recuperación y mejoramiento de la calidad de los recursos ambientales, tanto naturales como culturales, en la realización de las diferentes actividades humanas, promover el mejoramiento de la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras, en forma prioritaria, fomentar la participación social en los procesos de toma de decisión, promover el uso racional y sustentable de los recursos naturales, prevenir los efectos nocivos o peligrosos que las actividades antrópicas generan sobre el ambiente para posibilitar la sustentabilidad ecológica, económica y social del desarrollo, entre otras medidas.
Una política ambiental implica un desafío, y al mismo tiempo un compromiso. Como parte de un concepto innovador, no se debe separar lo ambiental de lo social. Hay que tomar conciencia de que los aspectos sociales están ligados al ambiente, así como el ambiente está ligado a la sociedad. Una política ambiental busca que los ciudadanos sean un gran aporte a la consecución de los objetivos propuestos. Conseguir estos objetivos va más allá de incorporar cambios de actitud en prácticas diarias de trabajo, ya que también buscamos que el ciudadano lleve estas nuevas prácticas a sus hogares, los apliques, y así generar ambientes más saludables, llenos de vida, elaborados a conciencia, y sobre todo pensando en el legado que estamos dejando a las futuras generaciones. Los conceptos de gobernabilidad e institucionalidad son fundamentales para la construcción de una política ambiental sustentable.
Una planificación del desarrollo nacional a corto, mediano y largo plazo debe considerar las implicancias ambientales de las decisiones que deben tomarse en el 2019 en los campos de cambio climático, biodiversidad y política ambiental para comenzar a desarrollar Políticas de Estado en esta área.
Si queremos asegurar un ambiente sano para las generaciones de hoy y las futuras, es necesario que toda la institucionalidad del Estado se encuentre al servicio de los ciudadanos con la calidad que requieren las circunstancias. La actualidad ambiental en el país también está en una situación delicada y sin un ambiente sano, no habrá solución económica que nos permita seguir adelante.
De arranque parecían darle mucha importancia al tema ambiental desde el Partido Político PRO – CAMBIEMOS, pero luego… Esos compromisos fueron quedando de lado. La conclusión que se impone es que los hechos han sido menos felices que los discursos. Más allá de una cierta apertura al dialogo con las principales organizaciones de la sociedad civil que se ocupan del ambiente en el país, todas coinciden en remarcar no pocas promesas incumplidas, y alertan sobre una peligrosa tendencia al retroceso en materia de protección.
Es una buena oportunidad, a partir del 2019, para que los argentinos demostremos que por lo menos nos podemos poner de acuerdo sobre el futuro de las próximas generaciones. Es necesario que los políticos comiencen a reflexionar en conjunto sobre la posición que deben tomar en materia ambiental.
*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).