En un mano a mano con el subsecretario de Tecnología e Innovación Fernando Lapolla, en el Club Social de Innovación (CSI) de Baradero, Florencia y Catriel, alumnos de los talleres de robótica y fabricación digital contaron que descubrir y vincularse con ambas disciplinas y su potencial, fue esencial en la decisión de estudiar ingeniería electrónica. Ambos chicos, de 17 años, llegaron motivados por la curiosidad y las ganas de adquirir conocimientos en las ramas tecnológicas que el equipo de talleristas desarrolla en el CSI de esa ciudad.
“Vine sin saber nada de electrónica y al poco tiempo me encontré pasando muchas horas en el Club”, explicó Catriel, que en febrero comenzará el curso preparatorio de Ingeniería Electrónica en la Universidad Tecnológica Nacional – FR San Nicolás. “Aprendí a ensamblar y programar mis propios proyectos. Eso me motivó a pensar en ser ingeniero electrónico”.
Similar es el caso de Florencia, que también se encontró con la electrónica gracias al Club y que el próximo mes se radicará en Rosario para iniciar sus estudios en la Universidad Nacional de Rosario. “Antes de llegar al Club no sabía nada de robótica ni de programación y ahora estoy ansiosa por aprender más y dedicarme de lleno a la electrónica”, comentó.
Cabe recordar que en los 6 CSI creados por el MCTI, a cargo de Jorge Elustondo, y gestionados junto a cada Municipio los alumnos aprenden gratuitamente diseño de videojuegos, impresión 3D, robótica y domótica, entre otros proyectos vinculados a la tecnología.
El propósito de compartir ideas, promover los avances personales y desarrollar nuevos proyectos es la principal tarea de los Clubes Sociales de Innovación. “A nosotros nos alegra encontrarnos con chicos que quieran ampliar los conocimientos que adquirieron en los talleres. Si eso no pasara, nada de lo que hacemos tendría sentido”, expresó Lapolla.