Siempre es bueno conocer las historias que hay detrás de los deportistas amateurs, que por la pasión a un deporte dejan de lado muchas cosas o cambian sus estilos de vida. O como en el caso de Javier Ortíz, que pasó de subirse a la bicicleta por problemas de salud a hacerlo para correr la competencia más antigua del país a nivel ruta.
La Web vecina infociudadsag lo entrevistó a pocos días de correr la 84 edición de la Doble Bragado y esto es lo que dijo:
Infociudad (IC): ¿Cómo nace tu relación con la bicicleta?
Javier Ortiz (JO): En la casa de mi abuelo siempre había una bici de carrera, el corría. En mi casa no era así, mi papá es muy futbolero. Con el paso de los años un día logré comprarme mi primer bicicleta y así empecé a practicar; la compré porque me hice unos estudios médicos a los 26 años, estaba muy excedido de peso, andaba en los 125 kilos, entonces los doctores me mandaron “a hacer algo”. Yo iba al gimnasio, jugaba al fútbol una vez por semana y con eso creía que estaba bien. Pero no era así.
La primera vez que me subí, me acuerdo que llegué hasta la escuelita de la RP. 193, ahí estaba el pelotón comandado por Pablo Gonzalez y otros chicos, me pasaron y yo los quise contactar, cosa que nunca pude. Volví, tiré la bici y dije “nunca más”, porque me dolía todo, hasta el alma. Luego pasaron los días y la volví a agarrar, así sucesivamente, y lo terminé tomando al ciclismo como un hobbie, además empecé a cuidarme un poco en las comidas, más que nada en las porciones. Yo era el gordito que andaba en bicicleta, eran 125 kilos arriba de una bicicleta finita, es algo que hoy me da gracia. Empecé a bajar de peso, a los 110 kilos corrí mi primera carrera en Giles, ya hace 8 años, la terminé cansado pero muy contento.
Para bajar de peso hay que querer, fue algo que me llevó años, es todo un proceso, porque además de ser gordo de cuerpo uno es gordo de mente, porque yo hoy con 76 kilos sigo pensando de la mismo forma y me doy cuenta que soy el mismo que cuando pesaba 125 kilos, porque veo algo dulce, o lo que sea y me lo quiero comer, no tengo fin, pero lo pienso y me doy cuenta a lo que llegué por la bicicleta y quiero seguir así.
IC: ¿Qué se te cruzaba por la cabeza en esos primeros años de ciclista?
JO: Primero me di cuenta que me costaba mucho, me cansaba terriblemente, hasta incluso he llegado a llorar arriba de la bicicleta por darme cuenta que no podía hacer lo que otros hacían con tranquilidad, pero quizás eso fue también lo que me motivó a bajar de peso y seguir adelante con mi sueño. Incluso tuve momentos en los que me estanqué pero siempre luché contra eso y lo sigo haciendo, la obesidad es una enfermedad con la cual tenes que luchar toda la vida, pero es una cuestión que hay que enfrentarla con filosofía.
IC: ¿Tuviste alguna referencia dentro del ciclismo?
JO: A nivel local tuve mucho apoyo de Gastón y Jorge Mónico, Armando De la Cruz me insistió mucho tiempo para que corra, también Mingo Yacoy, ellos cuatro y mi familia fueron los que me impulsaron a que hoy este acá.
IC: ¿Te imaginaste alguna vez corriendo la Doble Bragado?
JO: Nunca me lo imaginé, ni siquiera lo pensaba. Yo empecé a bicicletear para bajar de peso, nada más, y como sabía que mi abuelo había corrido pensé en probar yo, pero nunca se me cruzó por la cabeza correr, después de un año de entrenar me insistieron en que lo haga y corrí, me gustó y lo seguí haciendo. Cuando veía las carreras me preguntaba como hacían los corredores para andar dos horas a esa velocidad. Después empecé a incursionar en la categoría “libre” y cuando me quise acordar estaba corriendo con ellos, y ahí se empezó a despertar el “bichito” de querer correr la Doble Bragado.
IC: Generalmente la Doble Bragado la vemos pasar en Giles y son apenas unos segundos ¿Pero cómo es la preparación para recorrer más de mil kilómetros en menos de 10 días?
JO: Yo empecé con el sueño de la Doble Bragado hace un año o dos atrás, sabía que tenía que hacer las cosas bien por si tenía la posibilidad de estar. Un día, Martin Gallardi –director del equipo Ciudad de Mercedes– me preguntó si quería formar parte del equipo clasificatorio para la Bragado y yo le dije que sí. Después de las primeras carreras, Martín me motivó y me propuso correr la Doble. Yo no lo dude. Ahí tuve que rotar mi entrenamiento, de terminar una elite de dos horas a empezar a pensar en una carrera de cuatro horas durante 8 días, o sea tenes que pensar en terminar cómodo las etapas y te tiene que sobrar para el otro día.
El entrenamiento mío fue progresivo, empecé con dos horas y media a tres horas, dos días y uno no por temas del trabajo, después seguí con cuatro a cinco horas; cuando las pude dominar de manera cómoda a esas horas empecé con los trabajos de cambios de ritmo, pasadas, velocidad atrás de una moto, entre otras cosas. Luego pasé a hacer de cinco a seis horas en un día (180 kilómetros aproximadamente). Tener horas arriba del asiento es lo que ayuda a después poder encarar las distintas etapas de la carrera, y eso lo digo por los consejos que me dieron, porque aún no lo sé, pero lo pongo en práctica.
IC: Imaginamos que además de la parte física debe ser muy importante mantener una alimentación saludable…
JO: Yo desde que bajé de peso hasta el día de hoy me vivo cuidando, hace ya nueve años. Harinas casi ni consumo, salvo algún permitido, o cuando sé que voy a salir a entrenar como alguna factura a la mañana porque se que la quemamos. Pero siempre me cuido por una cuestión que subo muy fácilmente de peso. También consumo suplementos proteicos, que es algo que necesitamos. Mi dieta es a base de pechuga de pollo, carne, arroz, verduras y frutas.
IC: Si tuvieras que decirnos cómo está compuesto un ciclista ¿Cuál es tu definición?
JO: Para mí el deportista de elite tiene que tener tres componentes: cabeza, corazón y piernas. Vos podes estar preparado físicamente, pero si mentalmente no lo estas es muy difícil, para mi opinión el cuerpo ejecuta lo que la mente dice. Yo he visto a Pablo Gonzalez prepararse en un mes y medio para una carrera por etapas como la Doble Bragado y el tipo la terminó, exhausto pero la terminó, tiene oficio pero también un corazón gigante.
IC: ¿Qué resultado deseas de esta carrera, y en lo personal qué crees que te va a dar?
JO: Siendo realista, lo que quiero es correr etapa por etapa; yo pienso en la primer etapa ahora y recién una vez que termine voy a pensar en la segunda. Quiero hacer lo mejor posible en cada etapa y representar a Giles de la mejor manera que pueda. Lo que sí creo es que esta carrera me va a hacer crecer tanto deportivamente como humanamente y además me va a permitir conocer mejor lo que es el mundo del ciclismo.