Por Cristián Frers* Los pingüinos se ven afectados por el cambio climático, debido al calentamiento global en todo el mundo: su entorno natural se ve afectado. Aquellas especies que viven en las regiones extremadamente frías dependen del hielo, y cuando éste se derrite a un ritmo tan veloz cambia por completo su hábitat. Al mismo tiempo que los hace vulnerables a los depredadores -de los que estaban protegidos en el pasado- gracias a las gruesas capas de hielo.
Puede que les sorprenda pero en la actualidad deben preocuparse por las quemaduras de sol. Algunos viven en climas cálidos, donde es posible que se calienten demasiado y necesiten cubrir sus pies con sus aletas para evitar ser quemados por el sol.
Las crías son muy vulnerables pues nacen sin protección y los rayos del sol penetran más fácilmente en la piel.
En las zonas más cálidas tienden a pasar más tiempo en el agua para así poder refrescarse, lo que los hace propensos a ser devorados por sus enemigos; también gastan más energía nadando por lo que necesitan más comida.
Los pingüinos emperador (Aptenodytes forsteri) debido a que nidifican en invierno bajo condiciones climáticas, no es tan territorial como los otros; sus colonias tienen un gran número de individuos, en un espacio reducido, para protegerse mutuamente del frío y los vientos. En el mar se pueden encontrar en gran número sobre trozos de hielos a la deriva. Son muy curiosos; se aproximan a los buques y no son agresivos. Incuban su huevo y cuidan su cría -una por pareja- sobre el hielo.
Casi todas las crías de una de las colonias más importantes murieron debido al derretimiento de su hábitat, según un estudio publicado, que describe este caso como catastrófico.
En los últimos tres años prácticamente no nacieron crías en la segunda zona de reproducción más grande -en la Antártida- y el año 2019 parece igual de sombrío.
Por lo general entre 15.000 y 24.000 parejas de pingüinos emperador van cada año a un lugar de reproducción, considerado seguro en la bahía Halley y que se mantendrá helado este siglo, a pesar del calentamiento global, pero, aun así, casi no se registraron crías en la zona desde 2016.
Los emperadores son la especie más grande y pesada del mundo. La reproducción de sus crías requiere pisos fuertes de hielo marino. La fragilidad de la superficie provoca que las crías se hundan y se ahoguen antes de tener las alas que les permitan nadar.
Teniendo en cuenta los niveles de incertidumbre ecológica, el número de esta clase disminuirá drásticamente, perdiendo entre el 50% y el 70% de su número, antes de fines de este siglo.
Los científicos atribuyen la aguda declinación a las condiciones climáticas y meteorológicas que rompen el hielo, donde estas especies permanecen para reproducirse, que le depara el futuro depende de nuestros esfuerzos.
Demasiadas personas no ven el calentamiento global y el cambio climático como algo que los preocupa. Sin embargo, la educación sobre esta cuestión, es la esperanza para que más personas tomen una posición firme y exijan los cambios necesarios.
Todos debemos ser conscientes de cómo el calentamiento global afecta a la naturaleza. Estos animales son un ejemplo del desastre en cierne. Cada uno debe asumir la responsabilidad y tomar las debidas medidas individuales a fin de reducir el calentamiento y crear un esfuerzo colectivo para cooperar con nuestro planeta.
Debido al cambio climático, se prevén múltiples efectos sobre la diversidad biológica que agravarán sus problemas de conservación, por lo que las medidas o acciones dirigidas a conservar y usar de modo sostenible la biodiversidad deben tener en cuenta las necesidades de adaptación al cambio climático. Asimismo, deben considerarse y potenciarse las sinergias positivas entre las políticas de conservación de la biodiversidad y las de mitigación y adaptación al cambio climático, pilares fundamentales en los que se basa la lucha global contra el cambio climático.
*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).
