Cristián Frers* – «Si todos hacemos nuestra parte, podemos beneficiarnos a nosotros mismos y a este gran planeta en el cual tenemos la suerte de vivir»
Se ha hecho una costumbre vivir en un entorno contaminado. Diariamente, a través de la radio, la televisión, la prensa y otros medios, nos enteramos de situaciones diversas que están relacionadas con el deterioro ambiental.
La participación social en temas como el calentamiento global, la disposición de agua, la deforestación, los patrones de producción y consumo, así como los principios y valores que sustentan a la sociedad, se han vuelto muy importante.
Actividades cotidianas como el transporte, el aseo, viajar, cocinar y comprar productos, más los impactos de éstos en el ambiente se ha vuelto primordial. Reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo y conducta sobre el cuidado y protección del ambiente debería ser un deber de cada ciudadano.
En nuestra casa, trabajo, comunidad o escuela podemos iniciar actividades concretas con el fin de mejorar el entorno. A fin de lograrlo necesitamos observar y elegir alternativas menos dañinas al ambiente, cambiando conductas y tomando decisiones basadas en el mejoramiento de la calidad de vida sin dañar el ambiente.
La problemática ambiental hoy en día tiene amplia cobertura mediática sobre diversos temas; por ende, existen muchas personas preocupadas por cambiar hábitos que ignoran cómo hacerlo.
La mayoría de estas preocupaciones deberían ser reformadas en el Congreso para que su efecto sea real y no sólo una ilusión. Formar comités, presionar a los gobernantes y promover leyes que ayuden a mejorar la ciudad o la localidad.
Es necesario aceptarnos como un integrante más de la naturaleza, con posibilidades múltiples de comunicación y de relación con los otros componentes. Mejorar nuestra calidad de vida conlleva necesariamente a encontrar formas más apropiadas de relacionarse con el ambiente.
Estar informado acerca de las causas y consecuencias que originan el deterioro ambiental.
1 Consultar e intercambiar opiniones diferentes. Permite conocer y analizar las ideas de distintos grupos de la sociedad acerca de un mismo problema.
2 Investigar con personas o con materiales las posibles alternativas de solución de un problema.
3 Conocer y valorar las consecuencias que tendría la aplicación de posibles alternativas de solución. Así como su relación con respecto a aspectos sociales, económicos, educativos, históricos y culturales.
4 Involucrar al mayor número de habitantes de la comunidad para facilitar el proyecto, con la realización adecuada y las medidas para prevenir y resolver alguna forma de deterioro ambiental.
Un ejemplo: debemos tomar medidas en contra de las luces halógenas y las bombillas incandescentes, pues son las menos eficientes, y utilizaren en cambio las LED; elegir electrodomésticos de clase A -o superior- que consumen menos y utilizar cargadores solares para los dispositivos electrónicos.
Tenemos más poder del que pensamos, siempre que premiemos a los gobiernos que actúen por el bien del ambiente, y castiguemos con nuestro voto negativo a los gobiernos que sean irresponsables.
El cuidado y protección del ambiente no es simplemente un asunto de moda, es una obligación que todos debemos asumir como propia y hacer algo para salvar a nuestro planeta de la destrucción y contaminación a la que lo hemos sometido. Desde los gobernantes, empresarios y ciudadanos… Nos toca a nosotros cumplir con nuestra parte protegiendo la naturaleza y los recursos ambientales.
*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).