Por SOS Hábitat – Ya no es la primera vez que decimos no al dragado del Río Luján. No a la modificación de sus márgenes y no a soluciones costosas con obras de hidráulica. Y nuestras voces, como usualmente pasa, son calladas por el desconocimiento y el mal manejo de los recursos estatales para solucionar el problema de las inundaciones.
Como ha sucedido siempre, nuestros relatos e informaciones no son meramente inventados, sino que tienen un fuerte fundamento en estudios altamente fiables de científicos que han dedicado parte de su vida a demostrar que la «limpieza» de un rio, dragando sus márgenes, no es la solución para mitigar las inundaciones.
Y cuando hablamos de palabras de científicos, también hablamos de casos en otras ciudades del mundo, donde se ha comprobado que este sistema de modificación de los cauces no genera soluciones, sino que agrava el problema. Así es el caso del río Ebro en Zaragoza, España donde especialistas han demostrado que las «limpiezas», siempre hablando del dragado, no de la recolección de residuos, no han favorecido en los casos de grandes crecidas.
Así informa el Dr. Alfredo Ollero Ojeda Profesor de Geografía y Física de la Universidad de Zaragoza y científico del Centro Ibérico de Restauración Fluvial, …»La idea de que “hay que limpiar el río” está, por tanto, profundamente enraizada. Quizás provenga de esa mentalidad ancestral de tantas labores de manejo tradicionales, como eliminar la maleza y mantener “limpios” los bosques para que no se quemen. Quizás sea porque en el pasado los cauces se “limpiaban” con frecuencia y sin contemplaciones, sabiendo que no servía de nada, a modo de “actuación placebo”, pero se hacía para mantener callado y agradecido al personal y para ganar votos.»
…»Pero cuando se pide ”limpiar un río” no se pretende liberarlo de basuras, sino eliminar sedimentos, vegetación viva y madera muerta, es decir, elementos naturales del propio río. Se demanda, en definitiva, agrandar la sección del cauce y reducir su rugosidad para que el agua circule en mayor volumen sin desbordarse y a mayor velocidad. Este es uno de los objetivos de la ingeniería tradicional, por lo que hay abundante teoría y experiencia al respecto, y se basa en una visión del río muy primaria y obsoleta, simplemente como conducto y como enemigo, en absoluto se contempla como el sistema natural diverso y complejo que realmente es.»
«Técnicamente, por tanto, “limpiar” es intentar aumentar la sección de desagüe y suavizar sus paredes o perímetro mojado, es decir, dragar y arrancar la vegetación. Y para ello se destruye el cauce, porque se modifica su morfología construida por el propio río, se rompe el equilibrio hidromorfológico longitudinal, transversal y vertical, se eliminan sedimentos, que constituyen un elemento clave del ecosistema fluvial, se elimina vegetación viva, que está ejerciendo unas funciones de regulación en el funcionamiento del río, se extrae madera muerta, que también tiene una función fundamental en los procesos geomorfológicos y ecológicos, y se aniquilan muchos seres vivos, directamente o al destruir sus hábitats. En definitiva, el río sufre un daño enorme, denunciable de acuerdo con diferentes directivas europeas y legislación estatal.» (Informe completo https://river-keeper.blogspot.com/2013/01/por-que-no-hay-que-limpiar-los-rios.html)
Por otro lado, los especialistas que han estudiado nuestra cuenca del Río Luján, han comprobado que los emprendimientos inmobililarios de la cuenca media y baja, creados sobre el valle o planicie de inundación, rellenando estos espacios llamados humedales, bloquean el flujo del curso natural del río en las inundaciones, frenando el caudal y provocando que las aguas tarden en bajar o vuelvan, anegando áreas vecinas. Porque para sumarle problemas al Río, también ocupamos su valle natural de inundación para construir barrios cerrados.
En estos últimos meses nos hemos sorprendido con la aparición de maquinarias en las márgenes de nuestro río dentro del predio del Parque Municipal. Mayor fue nuestra sorpresa cuando consultando fuentes municipales nos enteramos que estos movimientos de suelo, para futuras construcciones de puentes y consiguientes proyectos de modificaciones no habían presentado ninguna documentación que demuestre estudios de impacto ambiental ni de proyectos, como legalmente tiene que ser. La empresa contratada por el Ministerio de Hidraúlica de la provincia, se instaló para cumplir las tareas requeridas sin ninguna autorización municipal.
Por nuestra parte, hemos enviado un pedido de informes de declaración de impacto ambiental sobre estas obras, al Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS), autoridad de aplicación, que remita los trámites realizados con dichos informes si los tuviesen, para evitar obras ilegales, técnicamente incorrectas y peligrosas para el ambiente y los vecinos.