Por Cristián Frers* – Hoy me levante con una gran idea que quisiera compartir con todos ustedes porque además estoy buscando inversores para llevarla adelante. Quienes quieran participar del proyecto les aseguro que tendrán solucionado el futuro económico durante el resto de sus días. Busco socios para poner una cancha de paddle o un Laverap, me es indistinto.
¿Cómo que no va a funcionar? ¿Se pasó la oportunidad, expresan? Pero antes era rentable y había miles, una cada 10 cuadras en el caso de las canchas de paddle… ¿Dicen que ya nadie demanda esos servicios? En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires vi un Laverap en una esquina. Había como 3 lavarropas funcionando. ¿Ustedes dicen que es como Vaca Muerta, un proyecto que nos hubiera venido bien hace 30 años, pero no ahora que el mundo dejará las energías convencionales?
Bueno, lo seguiré meditando, capaz tienen razón. Por ahí poner una cancha de paddle pensando que es la salvación es como insistir con algo que fue negocio en otro tiempo y hoy no cierra ni con tapa a rosca. Quizá el ejemplo de Vaca Muerta que es tan claro me dé con la clave. El Financial Times pone en su edición de estos dias: “La creciente determinación para hacer frente al cambio climático y la adopción por parte de Gran Bretaña de objetivos de emisiones netas nulas para 2050 significan que el tiempo del fracking ha pasado”. En su página editorial agrega: “En cambio, la inversión debería ir al desarrollo y al despliegue generalizado de fuentes de energía alternativas y renovables”.
Hoy en día ya nadie discute que los medios tradicionales de generación eléctrica no son eficientes y en las escalas de consumo actuales no son sostenibles. Las energías renovables se han constituido como la única alternativa para el futuro. El desarrollo que han tenido en las últimas décadas las han hecho competitivas y viables para cualquier medio y condición.
¿Quieren energía renovable más barata? Pues, garanticen proyectos. Los Gobiernos de todo el mundo, podrían ahorrar en energía renovable si garantizan una serie de proyectos de energía limpia a fin de atraer a sus mercados a los fabricantes de equipos.
Lo crucial pasa por la solicitud de crear las condiciones económicas y financieras que propicien y faciliten iniciativas de desarrollo, acceso al financiamiento y construcción de proyectos energéticos y permitir la modificación consensuada de los convenios laborales específicos para el sector.
En la actualidad hay 154 proyectos de energías renovables que están en desarrollo en todo el país por 4.991 MW de potencia y que representan una inversión de casi 7.500 millones de dólares.
Los proyectos están distribuidos entre Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Córdoba, Formosa, La Pampa, Mendoza, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz y Santa Fe.
El éxito dependerá de si hay o no involucramiento empresarial y ciudadano. Es importante implementar una señal al mercado que proporcione previsibilidad e impulse la innovación y las prácticas empresariales responsables con el objetivo de reducir las emisiones y promover la creación de negocios verdes.
Se debe inspirar a las empresas a transformar sus modelos de negocios, a reasignar su capital para invertir en tecnologías que reduzcan las emisiones de carbono y a ser transparentes acerca de sus esfuerzos, para garantizar que se cumplan los compromisos.
El año 2019 culmina con unos millones de dólares de inversión en energías renovables. La próxima Administración de Alberto Fernandez analizará caso por caso los emprendimientos adjudicados o contratados durante el Programa RenovAr y el Mercado a Término (MATER) antes de convocar a una nueva licitación o de definir inversiones importantes en redes de transmisión.
Desde el peronismo se sostiene que frenarán la inversión verde y apostarán a reflotar el plan nuclear, desarrollar más hidroeléctricas y potenciar las termoeléctricas en base a gas, a las que colocan como las grandes perjudicadas de la política actual.
A la cola del listado de prioridades energéticas quedó la suerte que se asignará a las energías renovables, que de ser una de las vedettes de la Administración de Mauricio Macri, terminan el año con proyectos estancados, por falta de financiamiento y especulación de las empresas.
Deben combinarse varias iniciativas para crear un entorno propicio que permita poner en marcha e integrar en las economías con tecnologías eficientes y sistemas de energía renovable. Ante todo, es necesario impulsar políticas que aumenten la demanda de tales tecnologías.
Este año terminará con un déficit de generación eléctrica cercano a los US$3.000 millones, que para 2020 inclusive podría incrementarse sustancialmente en caso de que no haya ajuste de tarifas promovido por la nueva Administración.
Ir hacia un nuevo modelo energético es irreversible. Estamos ante una oportunidad histórica para que la Argentina tome un liderazgo en la lucha contra el cambio climático, en la transparencia y en el desarrollo de energías renovables que no sólo permitan cumplir con los compromisos internacionales, sino que promuevan una economía baja en carbono que genere puestos de trabajo duraderos y sustentables.
*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).