El ministro de infraestructura de la Provincia de Buenos Aires contó detalles de la actualidad bonaerense respecto a las obras. Lo que quedó y lo que planifican.
Agustín Simone tiene 39 años y una basta experiencia. Formó parte del equipo del gobernador Axel Kicillof desde que este pisó el Ministerio de Economía en 2015. Mediante el decreto 915/15 fue designado subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales. Con el cambio de gobierno mudó su despacho a la intendencia de Mercedes, provincia de Buenos Aires, donde fue secretario de Economía y Hacienda de la Municipalidad bajo la gestión de Juan Ustarroz, el hermano del ministro de Interior Wado de Pedro. En la transición entre Cambiemos y el Frente de Todos fue uno de los denominados “7 fantásticos” un grupo de economistas de confianza del ahora gobernador pero a partir del pasado 11 de diciembre, es el hombre al que todos los intendentes miran.
El ministro de Obras Públicas y transporte se muestra crítico de la gestión Cambiemos que había hecho del asfalto una de sus banderas en la provincia- Las deudas con proveedores, las obras financiadas por organismos internacionales y la discusión con la Casa Rosada por los subsidios al transporte público de pasajeros.
– ¿Cómo encontró la provincia desde el punto de vista de la obra pública?
– La verdad es que nos encontramos con una situación complicada. Este era un Ministerio que creo que venía manejando un presupuestario muy grande. En 2019 fue de $26.000 millones, eso es sólo el 2,5% del total de la provincia. Y además, de ese número, sólo se ejecutó el 60% del presupuesto.
-¿Por qué cree que se subejecutó?
– Creo que no hicieron más por ajuste presupuestario. Además, se empezó a trabajar como se hace en la Nación y en muchos otros distritos que la modalidad es que la cartera no cuenta con todos los fondos desde un principio sino que la modalidad es la de asignaciones presupuestarias. Esto es que Hacienda va liberando los fondos para cada necesidad y, en medio del ajuste, las presiones del Fondo, no le habilitan cuotas al Ministerio. En ese contexto de restricciones creo que se hizo el 60% de lo que se debería haber realizado -con redeterminaciones de precios adentro- y eso también quedó plasmado en la ejecución del presupuesto.
– ¿Con una inflación como la actual se dispara muy rápido el proceso de redeterminación de precios de la obra pública?
– Con 5% se dispara la redeterminación de precios por lo que cada dos meses tenemos un nuevo proceso. Hoy estamos con 700 procesos de ese tipo en las obras en curso, sin plata y con una buena cantidad paralizadas. A eso le sumamos intendentes y proveedores que reclaman que desde agosto de 2019, después de las PASO, se cortaron los pagos. Si esto no fuera suficiente, insólitamente y a sabiendas que estaban en esa situación con problemas de pago, en agosto firmaron obras nuevas y pagaron adelantos financieros. Ahora tenemos que muchos municipios vienen y me dicen que recibieron sólo el 20% y ahora necesita un pago por esas obras. Hicieron todo lo que no tenían que hacer.
– ¿Cuántas obras tienen paralizadas?
– En total tenemos 161 obras paralizadas que al 31 de diciembre de 2019, significaba un costo de $6.500 millones. A esto hay que sumarle la redeterminación de precios el día que se vuelvan a poner en marcha; y otras 100 obras que están neutralizadas, lo que significa que se dejaron de ejecutar y se suspendieron por mutuo acuerdo. Esto tiene una estimación de $5.100 millones que no es deuda pero que está ahí y que en algún momento habrá que desembolsar.
-¿Y en ejecución?
– Tenemos obras en ejecución por $50.000 millones, pero que en muchos casos tienen un grado de avance muy bajo. Son obras que están financiadas y en muchos casos con nulo nivel de ejecución, de alrededor del 4% o 5%. El problema que tenemos es que estas obras cuentan con financiamiento específico y no se puede usar para otras. Si me pongo a reflexionar sobre los por qué de este estado de situación podría llegar a entender que es consecuencia de que no lo usaron por el acuerdo con el FMI. Cuando los consulté en la transición me aceptaron que estaban subjecutados los préstamos. Ahí tenemos potencialmente más préstamos que se habían negociado pero no se llegaron a firmar, más de USD 2.000 millones.
– ¿Prestamos pre aprobados?
– Sí, hay prestamos del BID, CAF, BM Y Fonplata. Además tenemos préstamos muy emblemáticos como el de la Cuenca del Reconquista, del Salado, Lujan; y algunas viales.
– Pero entonces eso significa que había un plan
– Había un plan de obra pública en donde estaban bien en sus objetivos pero muy mal llevado adelante en temáticas fundamentales, en cuencas importantes, agua y cloaca, planta potabilizadora, etc. Hoy estamos rearmando los objetivos teniendo en cuenta la escasez de recursos y las necesidades más urgentes.
– Usted también es ministro de Transporte ¿qué va a pasar con los subsidios al transporte público de pasajeros?
– Ese es un punto fundamental y fue uno de los grandes problemas de la ex gobernadora María Eugenia Vidal en 2019. Durante el año pasado los subsidios al transporte fueron en $30.000 millones, y para este año calculamos que van a ser $50.000 millones. Nosotros estamos tratando de que se vuelva atrás porque si la Nación se hace cargo este ministerio duplicaría el presupuesto que hoy tiene.
– ¿Qué posibilidades hay de que la Nación absorba todos los subsidios?
– Lo estamos hablando con Nación y hay posibilidades; el problema es que no es sencilla la situación fiscal de nadie, ni la de ellos -Nación- ni la nuestra, pero entendemos que hay posibilidades ciertas porque si no se reactiva la obra pública es difícil, es una gran disparador de la economía. nosotros creemos eso y ellos -por el Gobierno nacional- también.
– ¿Cuál será el plan en un contexto de restricción económica para poder hacer crecer la obra pública?
– Vamos a priorizar lo que está parado. Primero lo que ya tiene tiene financiamiento asignado, en especial el grado de avance. También vamos a ver la ecuación costo/beneficio hay viviendas que están al 90% con muy poco se entregan. También hay obras urgentes, hay un municipio en donde le tiraron el puente para una obra y no le hicieron un nuevo y tuvo que ir el Ejército y poner uno Bailey, eso hay que solucionarlo rápido. Tenemos un gran desafío con la ruta 11 y la 6 que hay que buscar fuentes de financiamiento en el exterior. Lo que sí queda claro es que las obras de montos muy alto y bajo porcentaje de ejecución van a ser puestas bajo la lupa y las vamos a analizar con detenimiento.
Fuente: Infobae