El Arzobispo de Mercedes-Luján, Monseñor Jorge Eduardo Scheinig, comunicó a los sacerdotes y fieles de la Arquidiócesis, una serie de recomendaciones y acciones a realizar a lo largo de la próxima semana. Entre ellas, le solicita a los párrocos que acaten las recomendaciones de sus comunidades y que eviten los oficios masivos; asimismo, le piden a los fieles mayores de 65 años que no asistan a los oficios religiosos, anuncia que la comunión será dada en mano y propone la omisión del saludo por la paz , entre otras acciones y recomendaciones que le hacen a los párrocos y feligreses.
A continuación copiamos la carta del Monseñor:
«Qué frágiles somos cada uno de nosotros y qué frágil es el mundo. Lo sabemos, pero en
un tiempo como el que nos toca vivir, en pocos días, todos tomamos mayor conciencia de
lo pequeños y necesitados que somos.
Simultáneamente, qué buena noticia es que el mundo extreme los cuidados y se organice
para dar batalla a la enfermedad que nos afecta por el nuevo Coronavirus (COVID-19).
Dios quiera que todo lo que estamos viviendo, nos ayude a abrir los ojos y el corazón para
descubrir que juntos, fraternalmente unidos, podemos luchar contra otros tantos males
que nos aquejan y son comunes a todo el mundo.
En la fragilidad, en la dificultad, estamos llamados a cuidarnos con inmenso respeto.
Cuidar significa poner máxima atención en el otro y protegerlo, resguardarlo, con
prontitud, rapidez, en fin, cuidar es una forma muy elevada de respeto al otro.
Los discípulos del Señor sabemos que el Amor es nuestra identidad. Estos son tiempos
para vivir un amor bien concreto hacia el otro. Es la mejor práctica cuaresmal, estar muy
atentos a los otros y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que esta enfermedad
no se propague.
Por lo tanto, con ocasión de esta pandemia, producida por el Coronavirus (COVID-19),
establezco lo siguiente:
- Que se eleven oraciones a Dios y a la Virgen, Nuestra Señora de la Merced, para
que en poco tiempo, podamos superar juntos esta enfermedad. Y recemos
especialmente por los enfermos y sus familiares. - Los párrocos, son los responsables de tomar las medidas necesarias para el
cuidado sanitario de todos los que asisten a sus templos. Le pido a los fieles que
sepan acatar las indicaciones, priorizando el bien común por el cuidado de todos,
en especial de los grupos de riesgo.
Que en el caso de alguna persona enferma, los párrocos procuren como crean
conveniente, ofrecer alguna asistencia espiritual a ellos y a sus familias. - Cada Municipio va decretando cómo suministrar la Sanidad de su población. Les
pido acatar de buen grado lo que la autoridad competente va determinando, en
especial, a lo que hace al número de personas que es recomendable se
concentren. Les pido a las parroquias que prevean voluntarios que ayuden al
cumplimiento de esas normas. - Teniendo en cuenta entonces que no será posible superar ese número, para que
nadie sufra problemas de conciencia, dispenso a los fieles del cumplimiento del
precepto dominical hasta nuevo aviso. A los fieles que consideren oportuno
quedarse en sus casas, les pido que procuren celebrar la Eucaristía dominical por
medio de la televisión y/o la radio.
En la medida de sus posibilidades, que participen de alguna celebración Eucarística
de lunes a viernes, donde generalmente concurren menos personas.
Recomiendo que los mayores de 65 años, por el momento, no asistan a ninguna
celebración y permanezcan en sus casas para preservar su salud. - Las personas que presentan algún síntoma de la enfermedad o están en contacto
con personas afectadas, no deben concurrir a las celebraciones litúrgicas y/o a
reuniones. - La distribución de la comunión será solamente en la mano. Entiendo que a algunos
fieles les resulte un esfuerzo, pero es responsabilidad de todos nosotros evitar la
propagación del virus. Sabemos que la principal vía de contagio es por medio de
minúsculas gotas de saliva, por lo tanto, la distribución de la comunión en la boca,
aún con recaudos, no elimina la posibilidad de contagio y que el virus se propague
de fiel a fiel, incluido al propio ministro. - Que los ministros procuren lavarse muy bien las manos, antes y después de la
distribución de la comunión. Que en las credencias se provea alcohol en gel para
una mejor higienización. - En cuanto a la práctica ritual del saludo de la Paz, pido omitirlo.