Por Bromatología Mercedes – El pescado se convierte en estas fechas, para muchas familias argentinas en el plato principal de semana santa. Ahora bien es cierto que no somos de consumir regularmente pescados por más que sea un alimento ideal para nuestra dieta por su gran aporte nutricional.
Entre sus propiedades más destacables, este alimento posee proteínas de alto valor biológico y vitaminas que ayudan, entre otros beneficios, a mantener equilibrado el sistema nervioso de nuestro organismo, bla ,bla,bla……bla,bla, por eso les vamos a dejar una cositas para tener en cuenta por que…….
Hablamos de un alimento muy perecedero, por lo que necesita una conservación a bajas temperaturas y debe consumirse uno día o dos luego de su compra.
Luego de esto puede tornarse riesgoso ingerirlo (a no ser que este en el freezer). Si antes de cocinarlo tenes dudas sobre su aspecto y olor es aconsejable que no lo consumas por si está feo. Si quieres que te aguante más tiempo podes congelarlo, no obstante, se recomienda consumir el pescado en 3 meses despuésde almacenarlo.
Para aprovechar todas sus propiedades y evitar cualquier intoxicación alimentaria debemos asegurarnos bien que el pescado está en perfectas condiciones. ¿Cómo lo podemos detectar? Toma nota de las siguientes características:
Olor. Cuando el pescado está en mal estado desprende un olor muy fuerte y penetrante. Deberá oler a mar o agua dulce según la clase de pescado.
Color. Se puede percibir también un cambio de color en los bordes del pescado. Si está en mal estado notarás que el tono se vuelve grisáceo o amarillo. Las agallas del pescado fresco siempre deben ser de un color rojo vivo o rosado dependiendo del tipo de pescado. Un pescado poco fresco adquiere un color menos coloreado y amarillento.
Escamas. El pescado fresco tiene abundantes escamas y no deben desprenderse con facilidad
Piel. La piel de un pescado en buenas condiciones es brillante, suave y se separa de la carne con dificultad. Su color es vivo, pero si es poco fresco adquiere un tono más apagado.
Textura. Si observas que su textura se vuelve viscosa es señal que el pescado se está estropeando.
Brillo. Un pescado en malas condiciones pierde su brillo.
Espina central. La telilla que cubre la espina central será brillante, limpia y se retirará con dificultad.
Cavidad abdominal. La telilla que la cubre debe ser suave, brillante y debe retirarse con dificultad.
Ojos. Los ojos deben ser transparentes, con pupilas negras y brillantes, y córnea limpia. Si el pescado está en mal estado sus ojos estarán hundidos, secos o de color amarillento.
Carne. Si la carne es flácida, se desprende fácilmente de las espinas, o si al presionar con los dedos no se marcan sobre su carne es otra indicación de un pescado poco fresco. Un pescado fresco tiene la piel firme y elástica, y una superficie lisa.